Luego de que estampara su firma en apoyo al pacto de Morena para un nuevo gobierno en 2018 si gana Andrés Manuel López Obrador, más de un político se quedó con el ojo cuadrado con la decisión del diputado perredista Carlos Hernández Mirón.
El que se quiera convertir en pejista luego de haber sido dos veces diputado y aspirante por el PRD a la jefatura delegacional de Tlalpan, nada tendría de extraño toda vez que Carlitos ya no sería tomado en cuenta por su partido para futuras elecciones.
Basta ver que en las últimas elecciones internas y vecinales Hernández Mirón ha sido vapuleado por caciques perredistas de la zona como Guillermo Sánchez, Higinio Chávez y Héctor Hugo El Naranja Hernández, que lo han mandado al fondo de la tabla.
Por ese lado se entiende que quiera tirar la toalla amarilla y busque el cobijo de otro partido para intentar seguir succionando el presupuesto público del que ha vivido más de diez años y que le permite darse vida de jeque.
Pero cómo les explica al menos un par de cosas a los morenos.
La primera, que fue él, precisamente, quien bloqueó la construcción de tanques de agua que alimentarían a zonas altas de Tlalpan, denuncia que hace apenas un par de semanas hizo pública la jefa delegacional, Claudia Sheinbaum.
Y la segunda, qué puede ofrecer al partido de López Obrador alguien que, junto con el exdelegado Higinio Chávez —entonces su patrón—, no sólo invadió sino que se construyó una cabañita de descanso en suelo ecológico tlalpense, que Sheinbaum le mandó a tirar.
Cómo es que busca aliarse con el partido que lo ha evidenciado como violador de la ley y, peor aún, sabiendo que es muy probable que la misma Claudia pudiera ser la candidata de Morena al gobierno capitalino el año que entra.
¿Se estará queriendo curar en salud, ya no para que le arrojen un hueso en el 18, sino para que, en caso de que gane Sheinbaum, no se vaya a ir contra él legalmente?
Aunque Hernández Mirón es también un cartucho quemado en el PRD, no se puede negar que aún controla grupos de presión en Tlalpan y que podría acarrearle algunos votos a los candidatos morenos el año entrante, incluyendo al propio Andrés Manuel.
Solamente que el costo del descrédito sería bastante alto, pues a su cabaña de descanso edificada en zona de conservación ecológica y a su activismo contra la administración de Sheinbaum, había que agregar su actuación como diputado entre 2012 y 2015 en la ALDF.
Cuestión de recordar que en la anterior legislatura local presidió la Comisión de Infraestructura y Desarrollo Urbano, que tuvo en sus manos nada menos que la autorización de usos de suelo que hoy tienen la CDMX hecha un desastre.
Bien sabido es que el presidente de esa comisión tuvo trato directo con los voraces desarrolladores que ansiaban usos de suelo para hacer millonarias edificaciones y jugosos negocios.
¿En verdad le interesa a Morena llevarse a alguien así?
CENTAVITOS… Y hablando de ese partido, López Obrador se quejó de que el INE le bajó sus spots referentes a la elección del Edomex y por eso pidió a sus seguidores que los vieran a través de las redes sociales. Pues en el video que le bajaron en ningún momento aparece Delfina Gómez, la candidata, sino que todo el tiempo habla El Peje de lo que hará si es Presidente. El tabasqueño quiere aprovechar todo el tiempo oficial de sus candidatos para dejarlos fuera y seguir promocionándose, así que Delfina no perdió nada con la decisión del INE.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/04/14/1157610
