El jefe delegacional en Tláhuac, Rigoberto Salgado, ha decidido enfrentar en soledad el proceso de destitución que se cierne sobre él, e incluso enfrentar posibles acciones judiciales en su contra para no manchar más a Morena.
Luego de que en su demarcación la Marina abatió a Felipe de Jesús Pérez, El Ojos, y que con ello se abrió la Caja de Pandora de la presunta corrupción y complicidad del funcionario con el cártel del narcotraficante, el delegado está en el ojo del huracán.
Morena quiso ayudarlo a hacer un control de daños, incluso, ayer sus compañeros diputados le ofrecieron asesoría durante su comparecencia, pero Salgado les dijo que no y que él se defendería solo, cosa que hizo tan mal que ni sus tarjetas encontró.
El tema de Tláhuac ha sido de tal impacto al interior del partido de Andrés Manuel López Obrador que, incluso, obligó a la reciente reunión entre Ricardo Monreal, Martí Batres y Claudia Sheinbaum para tratar el asunto.
Aunque oficialmente se dijo que los tres aspirantes de Morena al Gobierno de la CDMX se habían reunido para intentar llegar a un consenso sobre la elección interna de septiembre, la realidad es que los unió su preocupación por Tláhuac, pues les afecta a todos.
En la reunión acordaron hablar con Salgado para iniciar un control de daños, pero el delegado ni la llamada les toma y, por el contrario, ya les mandó a decir que no se metan.
Al estilo de René Bejarano durante los videoescándalos —donde se tragó él solito la bronca— el delegado decidió aceptar asumir todo lo que venga para no salpicar a quienes en un futuro le pueden ayudar si llegan a ser gobierno.
En la comparecencia los perredistas hicieron pedazos a su visitante, pero el que centró la discusión y dio luz a la ruta legal y política que seguramente seguirá el caso, fue el diputado verde Fernando Zárate.
A estas alturas todo mundo sabe que la Marina tiene una carpeta que involucra al delegado y su familia con la delincuencia, y que empresas ligadas a El Ojosfinanciaron no sólo su campaña, sino incluso se metieron a Tlalpan y al propio partido.
Como la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP está investigando la ruta de los dineros, Salgado está tratando de salvar la catedral, sacrificando la capilla.
Difícilmente podrá explicar cómo es que él y los suyos entraron en una marcada etapa de bonanza financiera desde que llegó al cargo, pues sus múltiples propiedades están documentadas.
Nadie tiene la menor esperanza de que pueda explicar ¿quién pompó?, como dijera el clásico, y dicen que no pasará mucho para que le acaben de cuadrar bien el caso y caiga.
Con ello, Morena perderá el control de una de sus cinco delegaciones, lo que además de permitir a sus enemigos investigar a fondo los financiamientos ilegales a los pejistas, les restará operación y recursos para 2018.
Por eso Salgado decidió autoinmolarse.
CENTAVITOS… Apenas se supo que la ALDF buscará destituir al delegado y ya salieron los primeros tiradores para entrar en su lugar a cerrar la administración. Una de ellas es la diputada Nury Delia Ruiz Ovando, quien aunque llegó a Donceles por un distrito de Iztapalapa, ha hecho tan buen trabajo territorial en Tláhuac que estuvo a 800 votos de ganarle las pasadas elecciones vecinales al delegado… En caso de que el delegado caiga, Miguel Ángel Mancera debe proponer una tercia a la Asamblea Legislativa para que los diputados aprueben el relevo.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/08/03/1179380
