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LA MANO QUE MECE LA CUNA / La jugada de Andrés

El tabasqueño ha dejado claro que prefiere regalar dinero público a los Ninis, que no hacen ni aportan nada, a pagarle a los trabajadores de confianza que en algunos casos sostienen el funcionamiento de muchas áreas del Gobierno en las que los sindicalizados no trabajan.

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Adrián Rueda

Una ojeada al Presupuesto Federal 2019 –presentado por el Gobierno y aprobado por las bancadas de Morena en el Congreso- deja en claro que lo que busca Andrés Manuel López Obrador en este primer año es amarrar el apoyo social a su gobierno.

En los documentos presentados por ningún lado aparece un presupuesto para que la economía crezca, sino para que el Estado gaste más en programas sociales que mantengan contentos a sus seguidores y preocupados a los empresarios.

El tabasqueño ha dejado claro que prefiere regalar dinero público a los Ninis, que no hacen ni aportan nada, a pagarle a los trabajadores de confianza que en algunos casos sostienen el funcionamiento de muchas áreas del Gobierno en las que los sindicalizados no trabajan.

Los que saben de números afirman que esa política económica es muy peligrosa, pues una regla básica de la economía es la de producir riqueza, primero, para después repartirla. Si no hay riqueza, ¿qué se va a repartir entonces?

Con los números que le dejaron los gobiernos anteriores, es claro que su política de regalar dinero a quienes no se lo ganan, le alcanzará a El Peje para el primer año de su mandato, pero conforme pase el tiempo se convertirá en un problema serio.

Porque sus estimaciones de ingresos son muy altas, pero a nadie le queda claro de dónde saldrá el dinero que proyecta recolectar, lo que obligará a su gobierno a adquirir más deuda o, peor aún, a echar mano de las amplias reservas económicas que le heredaron.

En su equipo saben de esos riesgos, pero López Obrador necesita regalar dinero para ampliar su base de apoyo social, a fin de apoderarse de todo lo que huela a poder, “con el apoyo del pueblo al que mantiene”.

Está muy claro que sus programas sociales los mantendrá al menos el primer año y después verá de dónde saca para darles continuidad, pues ahora que llegó al Gobierno se dio cuenta que los 500 mil millones de pesos que decía se iban en corrupción no están en ningún lado.

Quizá pensó que los hallaría guardados en una caja fuerte o en los cajones de los escritorios, pero de eso no hay un solo peso y nadie sabe bien a bien de dónde saldrán los dineros para sus ocurrencias.

Pero independientemente de lo que los especialistas consideran errores graves de economía y finanzas, hay un asunto que al parecer nadie ha querido ver o sus colaboradores prefieren voltear a otro lado.

¿Qué va a pasar con los miles de trabajadores que el gobierno está despidiendo?

Por supuesto que muchos eran aviadores o sus servicios no eran indispensables, pero la gran mayoría sí trabajaba y, lo más importante, sus ingresos eran la base para mantener a sus familias.

Y considerando que uno de los principales problemas del país es el desempleo, la política de despidos de Andrés Manuel no está aportando nada a atender el tema, que al agravarse trae delincuencia, pobreza y deterioro de oportunidades.

En campaña, cuando El Peje prometía regalar dinero público a quienes no aportan nada a la economía del país respondía a sus criticos: “Si por becar a los jóvenes me llaman populista, que me anoten en la lista”.

El problema no es ser populista, sino irresponsable.

No hay que investigar mucho para recordar que sus programas asistencialistas y su nulo conocimiento de las finanzas públicas ocasionaron que al terminar su gobierno en el entonces Distrito Federal, dejara una ciudad en bancarrota.

A tal grado endeudó El Peje la capital que cuando Marcelo Ebrard asumió, lo primero que hizo fue contratar la consultoría de Pedro Aspe Armella, ex secretario de Hacienda de Carlos Salinas de Gortari, para manejar la desproporcionada deuda y salvar a la ciudad.

Ejemplos de gobiernos populistas e irresponsables hay muchos en América Latina, como Cuba y Venezuela, por ejemplo, donde los habitantes son no sólo pobres, sino miserables y sus gobernantes viven en la opulencia.

Cierto que antes de la llegada de sus respectivos gobiernos, los habitantes de ambas naciones eran pobres y corruptos, pero acabaron más pobres aún y más corruptos.

Y no sólo esos países, hay que echar un vistazo a la historia reciente del populismo en Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, por ejemplo, donde esas naciones quedaron empobrecidas y sus habitantes mucho peor de lo que estaban.

O revisar la historia de finales del siglo pasado en México, cuando los gobiernos populistas de Luis Echeverría y José López Portillo llevaron al país de ser una de las naciones emergentes más atractivas para las inversiones, a ser un país en quiebra.

Las malas decisiones cancelaron la oportunidad de desarrollo del país e impidieron a una generación de mexicanos vivir en mejores condiciones, generando cinturones de miseria y ampliando la brecha entre ricos y pobres, hasta acabar con las clases medias.

A esos tiempos quiere regresar López Obrador, quien cada que puede hace reconocimientos a funcionarios del echeverrismo, donde por cierto se formó.

Y apenas en estos días ofreció su apoyo y reconocimiento al gobierno del venezolano Nicolás Maduro, desafiando los resolutivos del Grupo de Lima que le exigen al mandatario no asumir otro periodo al frente de la nación y llamar a elecciones democráticas.

Todo mundo sabe que Maduro será presidente una vez más por medio de un gran fraude electoral, el cual todo mundo vio, menos López Obrador. Si por menos que eso denunció que le robaron la Presidencia en 2006, ¿cómo es que no condena a Venezuela?

Pero en fin, el tabasqueño está aferrado a regalar el dinero público a quienes no lo producen y castigar a los que trabajan y aportan impuestos, y todo con tal de conservar su base social y ganar elecciones, sin importar que México entre en quiebra.

Esa es la jugada de López Obrador, al menos en su primer año de Gobierno; el temor es que apenas lleva un poco más de un mes y ya se nota su mano: ejecuciones, desabasto, despidos y crisis financiera por sus malas decisiones económicas.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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