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En sus narices, señora Fiscal

Hoy, usted ha demostrado que al igual que el atril desde el cual habla en sus conferencias de prensa, el cargo es demasiado grande para usted. Por dignidad, RENUNCIE

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Ernesto Osorio

El pasado viernes 14, luego de asistir a una reunión con legisladores, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum respondió con indiferencia “Ahorita no” a la pregunta de un reportero quien le pidió un mensaje para los cientos de mujeres que ese día por la tarde se manifestaban para protestar por la violencia de género en la capital y exigir justicia por el feminicidio de la joven Ingrid Escamilla, desollada por su pareja sentimental en su domicilio frente al hijo autista del infame criminal.

De inmediato, el desaire se hizo tendencia en redes sociales y en pocos minutos, la mandataria capitalina fue objeto de críticas e insultos a través de las mismas redes por mostrarse incómoda, molesta por la pregunta. A esa misma hora, una pequeñita de apenas 7 años era secuestrada, asesinada y violada en Tláhuac.

Un día después, la mandataria capitalina intentó atenuar el enfado social, al utilizar la misma frase en una conferencia de prensa para responder a una pregunta sobre los errores cometidos en la integración de un informe policial que permitió que por segunda ocasión, un juez ordenara la liberación de “El lunares”, líder de la Unión Tepito. ”Ahorita no habrá impunidad, ni corrupción”, señaló.

Pero se quedó en el intento de aplacar a la gente pues para esa hora ya reaccionaba indignada por el hallazgo de la pequeña Fátima en un paraje de Tláhuac dentro de una bolsa de plástico y con visibles lesiones sexuales. El caso impactó de tal modo, que obligó a las autoridades de la capital a convocar al gabinete de crisis que irremediablemente también falló.

Consciente de esa situación, la Jefa de Gobierno decidió con arrojo y total voluntad, tomar en sus manos el manejo del caso de la pequeñita asesinada y olvidar por algunos minutos la autonomía de la recién creada Fiscalía General de la Ciudad para llegar el lunes a primera hora hasta el Instituto de Ciencias Forenses y entrevistarse con la familia, además de revisar con la fiscal la actuación del Ministerio Público y otras instancias que por ley tienen la obligación de prevenir el delito y procurar justicia.

Visiblemente molesta, más enojada y con la indignación a flor de piel, Sheinbaum escuchó a la madre de Fátima denunciar abiertamente y ante las cámaras de televisión la falta de atención de las autoridades ministeriales, de la policía y de la misma Fiscal Ernestina Godoy que minutos antes había declarado a un noticiero de radio que los papás de Fátima padecían problemas mentales.

La molestia de la Jefa de Gobierno fue en ascenso y tras escuchar a la mamá de la pequeña, se reunió con la Fiscal. A su salida, Sheinbaum fue directamente al grano: dijo que había existido una “cadena de negligencias”, que se iba a revisar puntualmente la actuación de todos los que conocieron desde el primer momento la desaparición de Fátima, hasta los protocolos de búsqueda y que se transparentaría toda la investigación al respecto, prometiendo como es común en estos casos “llegar hasta las últimas consecuencias”

Pero esta frase, no tuvo el mismo eco de su desafortunado “ahorita no”; el ofrecimiento ya nadie lo cree, suena hueco, insulso, ofende, pero sí ilustra de cuerpo entero la incapacidad de un gobierno que como muchos otros, lo único que sabe hacer es reaccionar ante una tragedia porque es incapaz de prevenirla.

La misma frase se usó en 2004 por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cuando se quemó la discoteca “Lobohombo”; en el gobierno de Marcelo Ebrard con el caso “News Divine”, en el linchamiento de dos policías federales en Tláhuac y más recientemente en los casos del joven Bernardo Ronquillo y en el del joven Leonardo Avendaño; en el feminicidio de Abril Pérez y se prometió lo mismo para el triste caso de Ingrid Escamilla.

Pero la frase-compromiso no solo se usó para prometer justicia en estos lamentables casos que se tradujeron en muertes, sino también para fincar el compromiso de investigar la fuga de cuatro narcotraficantes del Reclusorio Oriente y la forma en que se integró el pliego de consignación en contra de “el lunares”:

¿Dónde están esas investigaciones y cuáles fueron las consecuencias?

De los casos “Lobohombo” y “News Divine” sólo un par de personas están en la cárcel, curiosamente los dueños de ambos antros, pero la Delegada que autorizó el funcionamiento de la discoteca incendiada -Dolores Padierna-, es ahora Diputada federal por Morena. El Jefe Delegacional que tuvo que renunciar por la presión social que originó la muerte de 12 adolescentes en la discoteca de la colonia Nueva Atzacoalco, Francisco Chiguil, es otra vez Alcalde en Gustavo A. Madero.

De los federales linchados, el gobierno de Vicente Fox se encargó de despedir a quien era Secretario de Seguridad Pública en aquel entonces por preferir ausentarse de sus labores en horas de oficina, antes que atender su responsabilidad: Marcelo Ebrard, quien rápidamente fue rescatado por su jefe para reintegrarlo en su gabinete y posteriormente abrirle la puerta para que lo sucediera en la Jefatura de Gobierno. Hoy, ese funcionario es el canciller del gobierno federal.

¿Hasta dónde llegaron las consecuencias?

Es condenable la simulación y la impunidad que permitieron que estos malos servidores públicos siguieran viviendo del erario, pero haciendo de lado todo esto, lo peor es que nada cambió para evitar que siguieran sucediendo tragedias y lo podemos comprobar con los recientes casos que le estallaron en las manos a la Jefa de Gobierno.

En la nueva Fiscalía, prevalecen la corrupción, la negligencia, la incapacidad y el abuso de poder de la extinta procuraduría capitalina. Su cambio, sólo fue de nombre y su titular Ernestina Godoy demostró con creces que no tiene la capacidad que exige el reto para poder revertir este nauseabundo sistema.

Con todo respeto señora Fiscal, usted debería renunciar porque en sus narices se violó la escena del crimen en las primeras diligencias del caso Norberto Ronquillo, y hasta la fecha, desconocemos dónde están los responsables de haber dificultado la indagatoria con estos hechos, que podrían poner en la calle a los dos procesados por el funesto crimen.

También en sus narices se integraron las dos indagatorias con las que se remitió a “el lunares” y que permitieron la libertad del peligroso narcotraficante; con usted al frente se filtraron las fotografías que tanto indignaron a grupos feministas por aparecer en los medios de comunicación; con usted al frente, se ignoró a los familiares de la pequeña Fátima que perdieron un tiempo valioso para buscarla y que bien pudo salvarle la vida.

Y como diría el clásico dominical “Aún hay más”, usted incurrió en el imperdonable error de victimizar a la familia, antes de revisar el actuar del Ministerio Público; divulgó que los padres padecían de sus facultades mentales y que tenían problemas, datos que más tarde y de manera irresponsable se encargó de documentarle el DIF.

Hoy, señora Fiscal, usted celebra que se haya localizado a los responsables del feminicidio de Fátima y espera que con eso se haya logrado justicia. Hoy, esas últimas consecuencias, se quedaron otra vez en una promesa; hoy, señora Fiscal, de nueva cuenta se ríen de usted y de todos nosotros, los criminales. Hoy, usted ha demostrado que al igual que el atril desde el cual habla en sus conferencias de prensa, el cargo es demasiado grande para usted. Por dignidad, RENUNCIE.

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