Hugo Morales Galván
Las mujeres le están diciendo que su gobierno va directo al fracaso, don López. Debe de entender que ellas han luchado aún antes que usted, y combatieron a gobiernos priistas de los que usted formó parte, o nunca se le ocurrió cuestionarlos. Como joven tabasqueño, usted se afilió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Villahermosa, y su jefe político fue Luis Echeverría Álvarez (sí el sátrapa del 68 y del 71 y responsable de la desaparición de opositores políticos), pero también de José López Portillo, el ex presidente ejemplo de la mayor práctica nepotista de la historia reciente.
Como militante priista, don López, usted fue el autor del himno al PRI de Tabasco. Y no hay registro alguno de que sus quincenas cobradas con dinero público (producto del neoliberalismo) hayan sido devueltas, como ejemplo de su pureza ideológica y política. No, usted cobró de manera puntual peso sobre peso (esos pesos que López Portillo defendía como perro) de dinero neoliberal. Tampoco hay registro de que se hubiera pronunciado contra el represor Echeverría Álvarez, ese a cuya casa en San Jerónimo Lídice, en un acto digno, Rosario Ibarra fue a aventar cubetas de pintura roja, asemejando la sangre de nuestras compañeras y compañeros desaparecidos. Exacto, Rosario Ibarra, la madre de la mujer a la que hace poco usted le regaló la CNDH como si el aparato del Estado fuera de su propiedad.
Las mujeres que el domingo 8 de marzo dieron una muestra de músculo político, le están diciendo a usted y a su partido –y a todos los demás partidos–, que están hartas de su ineficacia e incompetencia. Están hartas de la violencia feminicida, que día a día nos quita la vida de diez de ellas. Don López, si usted no vio lo que ocurrió el domingo pasado en la Ciudad de México, es porque rehuyó a sus reclamos. Teme que le enrostren su negligencia. Por eso, sus ujieres y las mujeres a su servicio con cargo en el gabinete, le fueron a organizar un “shoucito” en un localito cerrado en Zacatecas.
Siga enroscándose en su discurso pueril, echando la culpa a los “conservadores”, cierre los ojos. Diga que no se dio cuenta de lo que ocurrió el lunes. No es de extrañar su postura. Así ha sido toda su vida. Los pozos petroleros los tomó y marchó desde Tabasco porque primero su partido, el PRI, no lo postuló, y luego no le reconocieron sus reclamos. Y no ha parado desde entonces. Todo en torno a usted, todo es usted. Por eso su rabieta cuando una masa vestida blanco tomó el Distrito Federal para reclamarle su incompetencia ante la violencia y los secuestros; también le echó la culpa a la “conservadores”. Su eterna cantaleta.
Por cierto, hoy que incorpora todos los días en su lenguaje, que como presidente garantiza la libertad de expresión y manifestación, hay que recordarle que todos estos años nunca ha pedido permiso para marchar, tomar pozos, tomar Reforma. ¿De cuándo acá, cree usted que las mujeres y los hombres de todas las edades que discrepan de su gobierno, le van a pedir permiso?
No, don López, se equivoca. Su sonrisa hierética no convence a nadie, salvo a los que le creyeron y votaron por usted y, por cierto, muchas y muchos de ellos, no lo volverán a hacer. Báñese en sus sueños golpistas, comparece con Salvador Allende –a cuyos talones no llega–, pero la historia también rectifica. Está usted a salvo aún en el 2021. La va a librar la inercia aún lo sacará a flote. Pero no lo salvará.
¿Y sabe por qué la historia no lo absolverá? Porque carece de los tamaños de un Estadista; porque no entiende. Porque no comprende que la sociedad es más que usted, que las mujeres violentadas y víctimas de la violencia sexual diaria, tienen reclamos específicos, y no están en las locuras de una falsa rifa, ni en andar colgándose coronas de pan los fines de semana en ridículos baños de pueblo.
Le cobrarán cuentas don López. ¿No vio usted la marea morada, verde, multicolor, nadie de su gobierno le dijo, lo que ocurrió en la capital y en el país entero? ¡Lástima, don López!
Siga haciendo su “comunicación circular” matutina con los bufones pagados con dinero público. Siga en ese mundo donde esos personajes de la 4ta, le pintan el mundo en el que usted quiere vivir e incluso, siga amenazando a sus adversarios, a través de esos monigotes de ventrílocuo. Todo tiempo se acaba. Sólo recuérdelo cuando empieza a memorizar sus lecturas gansito del apóstol de la patria.
