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T-MEC, la última gran oportunidad

El TMEC representa una oportunidad única y envidiada en todo el mundo, es momento de redirigir el rumbo y mirar hacia el futuro.

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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fue un pacto comercial entre Estados Unidos, Canadá y México que fue firmado en 1988 y entró en vigor en 1994 tras la cumbre encabezada por George H. Bush, Brian Mulroney y Carlos Salinas de Gortari. Más de 2 décadas de una intensificación comercial sin paralelo que concluyeron en la consolidación del bloque comercial más grande e importante del mundo, por sobre la Unión Europea.

El TLCAN trajo consigo múltiples beneficios para los tres países, entre ellos destacan; mejoramiento de las condiciones comerciales entre los tres socios; eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación fronteriza de bienes y servicios; promover condiciones de competencia justa; aumentar las oportunidades de inversión; proporcionar cumplimiento y protección de los derechos de propiedad intelectual; establecer procedimientos para la resolución de disputas comerciales e implementar un marco para una mayor cooperación trilateral. En datos brutos, entre 1993 y 2015 el comercio entre los tres países se cuadruplicó, al pasar de 297,000 millones de dólares a 1.14 billones de dólares, lo que significó grandes beneficios para los consumidores en términos de mayor competencia y mayores alternativas; las exportaciones mexicanas en 1993 representaban el 12.14% del PIB nacional, en 2015 esa cifra fue de 35%; sin embargo, las importaciones también pasaron de 13.82% en 1993 a 37% en 2015. También la Inversión Extranjera Directa (IED) vio incrementos nunca antes vistos, en 1993 había un déficit de más de 100,000 millones de dólares, mientras que en 2012 México registró un máximo histórico de 22,000 millones de dólares. También existen muchos daños y perjuicios, pero eso se discutirá en otra ocasión.

Tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se inició una campaña de desprestigio en ese país en contra del TLCAN y todos los males que este representaba para el pueblo norteamericano, pérdida de empleos, fuga de fábricas, competencia desleal, desajustes geopolíticos que habían hecho de Estados Unidos el hazmerreír del mundo entero. Trump amenazó con la cancelación del tratado, hecho que despertó las alarmas tanto en México como en Canadá, la economía de nuestro país depende en más de una tercera parte del comercio con Estados Unidos, las interrelaciones entre cadenas productivas, sectores industriales y poblaciones compartidas son realidades innegables, nos guste o no, tenemos que tener una relación amistosa con nuestro vecino del norte. Tras intensos meses de duras negociaciones entre panelistas de los tres países, guerra de tuitazos y reconciliaciones, se logró renegociar el TLCAN con muchos capítulos nuevos y demás modificaciones, se firmó el TMEC en la ciudad de Buenos Aires en 2018, el último día de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

El TMEC trae consigo muchas oportunidades y campos fértiles para la comunidad mexicana, dentro de los nuevos capítulos se encuentran la inclusión de la economía digital y la facilitación en el intercambio de tecnología, la inclusión de la PyMES en los intercambios comerciales, la integración a profundidad de cadenas productivas y de valor en sectores como el automotriz y el agropecuario, entre mucho más. Sin embargo, a mi parecer, la mayor aportación del nuevo tratado será la homologación de las reglas laborales en diversos sectores industriales, los trabajadores mexicanos podrán competir en mayores condiciones de igualdad con trabajadores canadienses y americanos, se elevarán sustancialmente las condiciones de vida de muchos empleados y los empleadores se verán forzados a mejorar sus prácticas internas y externas, lo que permeará en gran parte del empresariado mexicano.

En pocas palabras, la ventaja comparativa de México de menores salarios respecto a nuestros socios se verá borrada, tendremos que aprender a competir a la par de dos gigantes, tendremos que encontrar nuevas ventajas comparativas, mano de obra más calificada, mejores estándares educativos, mayores beneficios e incentivos a la inversión internacional interesada en ingresar al mayor mercado del mundo, es el fin del modelo maquila, es hora de crear valor agregado de origen 100% mexicano, es hora de sacar lo mejor de nosotros al mundo.

Con la entrada en vigor del TMEC se termina una etapa de la historia económica de México, esto representa nuevos retos y oportunidades, pero también grandes peligros y amenazas, la población de nuestro país crece rápidamente, la población en busca de empleo crece vertiginosamente, se necesitan crear las bases para el futuro de México, un país que sea capaz de sacar a su gente de la pobreza, que sea capaz de consolidar una clase media pujante e innovadora, un país que pueda sostener su sistema pensionario dirigido al colapso, un país que genere empleos suficientes y que por ende apoye a los jóvenes empresarios para innovar y sacar adelante a México. El TMEC representa una oportunidad única y envidiada en todo el mundo, es momento de redirigir el rumbo y mirar hacia el futuro.

 

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