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Economía para Principiantes

(-1.2) + (-18.7) + 12.1 + X = ¿?

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El fin de semana, el INEGI dio a conocer las cifras del Producto Interno Bruto correspondientes al crecimiento de nuestra economía en el tercer trimestre del año. La buena noticia es que, se registró por primera vez un crecimiento, que curiosamente viene a ser histórico, por que nunca, nuestra economía había logrado crecer 12.1% respecto al trimestre anterior. La mala noticia es que el trimestre anterior, se registró
una caída de -18.75, por lo que la espectacular cifra, termina generando un efecto muy positivo a primera vista, pero la realidad es que era una cifra esperada, que no es más que la consecuencia de relajar las medidas de confinamiento y permitir la reanudación de un buen número de actividades detenidas por la pandemia.

Mucho se ha discutido en la agenda pública acerca de forma en que nuestro gobierno ha tomado medidas para combatir la propagación del COVID 19. Por un lado, están los radicales que proponían confinamiento absoluto, acompañado de medidas completamente restrictivas a la circulación de las personas y las actividades económicas. Ese modelo ha sido altamente efectivo en naciones como Australia, en donde después de un confinamiento absoluto de más de 150 días, han logrado que se registren cero contagios en las últimas tres semanas. Evidentemente, las condiciones entre ellos y nosotros, son muy diferentes.

Por otra parte, están los radicales que piensan que es inevitable el contagio y que con el paso de los meses lograremos llegar a algo que se le conoce como “inmunidad de rebaño”, lo que tampoco parece ser la solución, ya que en el transcurso de lograrlo, se perderían muchas vidas humanas.

Luego entonces, la solución mexicana debería alejarse de ambos radicalismos. Si bien es cierto que es necesario promover el distanciamiento público y el uso de cubrebocas, (aunque en un inicio el gobierno fue muy confuso en ese tema), también es cierto que nuestra realidad económica no está como para aguantar un confinamiento a la australiana. Desde la comodidad de nuestros hogares, resulta muy fácil decir que, una
vez concluido el buen fin, deberíamos regresar a la bandera roja y mandar a todo mundo a encerrarse en sus casas. Pero ¿Qué sucede con los millones de mexicanos que tienen la necesidad de vivir al día? ¿Qué sucede con los pequeños empresarios, de cuyos esfuerzos dependen la gran mayoría de las familias mexicanas? Cerrar todo de nuevo, significaría una condena para todos ellos, y de ahí lo difícil que resulta tomar esa
decisión. Sería como decir “O nos morimos por el Covid 19, o nos morimos de inanición”.

Los últimos días, se registraron números históricos de contagios, lo que pone en evidencia que estamos muy, pero muy lejos de domar la pandemia. Reafirmo que no podemos ser tan críticos en la toma de decisiones, debido a la complejidad del tema, pero sí podemos serlo por el pésimo manejo de comunicación del gobierno hacia la ciudadanía, y esa percepción será un lastre y un reclamo histórico muy difícil de que lo
supere nuestro presidente.

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