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Economía para Principiantes

La responsabilidad social de donar sangre

Desafortunadamente, la realidad en nuestro sistema de salud, se encuentra lejos de alcanzar el ideal.

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El 25 de septiembre de 2012, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la “NORMA Oficial Mexicana NOM-253-SSA1-2012, Para la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos”.

Dicha norma establece las reglas del juego mediante las cuales los donadores y los donantes habrán de interactuar en el vital proceso de que la sangre llegue a quienes la necesitan en toda la república mexicana.

En la disposición, se registra que la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud establecen que para abastecer de sangre segura a la población se debe fomentar el trabajo en equipo, obtener la sangre y componentes sanguíneos de donantes voluntarios y altruistas, no remunerados y regulares, asegurándose que reciban una atención de calidad”.

Asimismo, se señala que “con el fin de garantizar la autosuficiencia, cobertura universal y seguridad de la sangre y sus componentes, debe actualizarse el marco jurídico en la materia, fomentar una coordinación eficiente de los bancos de sangre y los servicios de transfusión del país, con criterios de integración en redes de atención, así como, promover la donación voluntaria, no remunerada y regular como una fuente segura de obtención de la sangre y componentes sanguíneos; implementar técnicas de laboratorio con mayor sensibilidad y especificidad y fomentar el uso adecuado y racional de los productos sanguíneos”.

El objetivo de esta Norma, es el contribuir a la confianza general en cuanto a la donación de sangre y componentes sanguíneos, dando protección a la salud de los donantes, receptores y el personal de salud, conseguir la autosuficiencia, reforzar la seguridad de la cadena transfusional, de manera suficiente y que pueda lograr satisfacer las necesidades en la materia.

Desafortunadamente, la realidad en nuestro sistema de salud, se encuentra lejos de alcanzar el ideal. Todos los días en este país, alguien muere porque no recibió una transfusión a tiempo, debido a la escasez en la disponibilidad de la sangre y sus derivados. En términos económicos podríamos decir que los donantes no encuentran los incentivos suficientes para ejercer esa acción altruista, y con ello, la demanda es superior a la oferta, lo que genera la escasez.

Una solución posible, que generaría controversia y obligaría a la modificación de la normatividad vigente, sería la de replantear el término “altruista” con todas sus implicaciones, a la vez de generar un mecanismo de obligatoriedad a los mexicanos para que todos los que estemos en condiciones, lo hagamos por lo menos, una vez al año.

Y si de generar debate público se trata, ¡porque no comenzar con los beneficiarios jóvenes de los programas sociales? Bajo la simple lógica de la corresponsabilidad. Si el Estado se preocupa por generarles mejores situaciones de bienestar, ellos podrían retribuir ese gesto, donando sangre y beneficiando con ello a población que realmente la necesita. Invertir una mañana de tiempo y recibir beneficios por todo un año, bien justificarían el esfuerzo, máxime cuando el donar no implica riesgo alguno a su salud. Creo que eso, bien valdría la pena.

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