Por La Mafia en el Poder
En la historia de la Ciudad de México, incluso desde que fue Departamento del Distrito Federal, jamás se había visto tal abandono de sus habitantes por parte del gobierno, con un desparpajo que raya en el cinismo.
El que Miguel Ángel Mancera esté aferrado a una agenda nacional e internacional para promoverse como una figura que puede aspirar a gobernar el país es una canallada, pues en la práctica renuncia a su responsabilidad con quienes lo eligieron.
En plena racha de inseguridad, inundaciones, problemas de movilidad y crisis, el jefe de Gobierno ha dado prioridad a sus viajes, que no benefician en nada a los capitalinos pero sí les cuestan.
Porque Mancera pidió el voto –y fue el más votado en la historia de la ciudad- para llegar a la Jefatura de Gobierno del DF en 2012. La ciudadanía depositó en él su confianza y como pago los abandona y está por entregar uno de las peores administraciones de la historia.
Si el funcionario quiere poner por encima de los intereses de la comunidad sus intereses muy personales, debería tener ya no el valor, sino la decencia de dejar el cargo a alguien que sí quiera trabajar por los capitalinos.
No se vale que abandone el gobierno y siga cobrando, utilizando su presupuesto y su importancia para obtener beneficios políticos que a nadie le importan más que a él.
Sin el menor rubor se ha pasado viajando al extranjero –básicamente a los Estados Unidos- para buscar el apoyo de los mexicanos en el exterior. Con el pretexto de atender a los migrantes nacionales en tierras gringas va cada rato para allá.
¿Qué les puede ofrecer a los connacionales si a los capitalinos los tiene en el más completo desamparo?
Mejor ya que se vaya
Si Mancera tuviera un poquito de vergüenza debería solicitar desde ya licencia para separarse del cargo definitivamente y dedicarse en cuerpo y alma a tratar de cristalizar sus aspiraciones presidenciales.
Porque aun cuando en años anteriores le dedicó exclusivamente a su gobierno la ciudad nada más no caminó, ahora que no le interesa lo que le pase a los capitalinos menos acabarán los problemas.
Con qué cara se va a atrever a pedir de nuevo el voto si es un tipo que traiciona, que abandona a quien lo apoyó en las urnas.
Para su fortuna y para desgracia del país, si en la CDMX todo mundo lo aborrece, en el interior de la República tiene sus admiradores, por la sencilla razón de que no lo conocen; no lo han sufrido.
En un país con tanta pobreza como el nuestro, es triste ver cómo la promesa de unas miserables cajas de cartón disfrazadas de cunas para recién nacidos despierte simpatías hacia el que las regala.
Lo que el jefe de Gobierno quiere vender al interior del país es un paraíso similar al de la capital, donde el gobernante regala todo a sus habitantes para que no trabajen, no estudien y no se protejan al tener relaciones sexuales.
Parece que el PRD creó un monstruo y ahora a ver cómo lo controlan.
Delfina ya se la creyó
La maestra Delfina Gómez, candidata de Morena al gobierno del Estado de México, ya se creyó eso de que es popular y que los mexiquense se mueren por que ella los gobierne.
Parece que la profesora ya perdió el piso y cree que su personalidad es lo que da el arrastre a su candidatura.
¿En serio Delfina cree que está en la pelea por su linda cara?
Ya se siente pura y hasta se da el lujo de hacer malas bromas tipo Andrés Manuel López Obrador, como la que se aventó ayer de que nada más falta que le acusen de ser novia de Donald Trump.
Pues si eso llegara a ocurrir alguna vez, no sería delito ni impedimento para su candidatura, pues cada quien sus gustos. Lo que sí es delito es el robo que hizo a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando fue alcaldesa.
Lo corrupta que es sí es problema, pero es lo que menos le preocupa.
Pobre maestra, es la única que no se ha dado cuenta de que quien está haciendo campaña y ocupando los tiempos y los recursos oficiales para promoverse es López Obrador. Sin eso no sería nada.
Y si de puro milagro gana, habrá que ver a quién le mandan para gobernar, pues la lista de pillazos ávidos de un hueso es amplia.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
