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CDMX

Una disculpa debió dar Mancera al anunciar la ampliación de L-5

Hablando de números, serán más de 130 mil los usuarios que la utilizarán, pero 500 árboles menos en la zona en la que se construirá.

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Por la Mafia del Poder

Si juntamos la memoria corta que nos cargamos como sociedad con el cinismo de los gobernantes, el resultado es que nos quieran vender viles espejitos como joyas.

Ayer, el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, presentó la ampliación de la Línea 5 del sistema Metrobús, con lo cual sumará 20 kilómetros a los 10 ya existentes, lo que la convertirá en el corredor más largo de la Ciudad.

En su administración puso en marcha también la Línea 6, que tiene otros 20, y si el Tribunal de lo Contencioso Administrativo no lo para en seco con la polémica Línea 7, sumaría 15 kilómetros más.

Es decir, si bien le va, se irá y dejará una ampliación de 65 kilómetros de Metrobús, algo francamente mediocre para la promoción que se ha dado como integrante del C40 y las políticas encaminadas a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

Pero el asunto es más local. Mancera prometió en el arranque de su administración construir 100 kilómetros más de Metrobús, y cual sello de su administración, pues también ahí quedará a deber.

Pero de eso, él no quiso acordarse ayer en la presentación y asumir la responsabilidad, ni tampoco nadie se lo reclamó.

Aun así, ¿65 kilómetros de Metrobús es mucho o poco?, bueno, pues no importa que las comparaciones sean odiosas cuando son necesarias.

Marcelo Ebrard dejó a la Ciudad con 95 kilómetros de ruta en cuatro Líneas de Metrobús.

Claro que Ebrard sí terminó sus seis años del mandato, pero aun así, si Mancera se quedara hasta el 2018, ya no se planean más proyectos de este tipo, tendría que arrancar ya la construcción de tres líneas, algo que no ocurrirá ni el mundo rosa en el que vive.

La ampliación de la Línea 5 seguramente será de gran beneficio para quienes se trasladan de norte a sur y viceversa por la ciudad, pero no podía anunciarla en peor momento con la polémica que tiene con la Línea 7.

Porque si bien serán más de 130 mil los usuarios que se calcula que la utilizarán, reste usted otros 500 árboles al poco arbolado urbano que está sobreviviendo a esta administración.

Según la información que dio su secretario de Obras, Edgar Tungüí, no todos los árboles serán derribos, algunos serán poda o reubicación, los repondrán 5 a 1, y en total serán cerca de 2 mil 400 árboles lo que plantarán.

Y eso es perfecto, pero la duda del ciudadano de pie y de los investigadores en arbolado urbano es: ¿dónde diablos van a poner esa cantidad de árboles y en qué condiciones?

Los expertos lo explican muy sencillo: no se vale que, por la razón que sea, que derriben un árbol y lo repongan con tres, cinco o 10, si lo harán a dos, tres o cinco cuadras de donde estaba, porque ahí se pierde el beneficio.

En una escala nacional es como si la deforestación del Ajusco la repusieran en Michoacán; a escala global, pues ya se imaginará la aberración.

Y no hablamos de calidad aire, sino de calidad de vida y accesibilidad a lo verde en una ciudad que cada día se vuelve más gris.

Las estimaciones son que impactará, según el gobierno, “positivamente” a 50 colonias en cinco delegaciones, pero a como le han salido últimamente los proyectos al Jefe de Gobierno, en realidad tienen en las oficinas del Zócalo 50 razones para comenzar a preocuparse una vez que arranquen con la construcción.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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