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SCREWBALL / A la tiznada…

Independientemente del resultado que surja de la investigación que realiza la Comisión de Honor y Justicia de Morena, el daño esta consumado y ahora el partido que siempre pregonó ser diferente a todos demostró que es igual a todos.

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Ernesto Osorio

En el Congreso de la Ciudad de México, el grupo mayoritario de Morena comienza a mostrar divisiones que avanzan hacia la tribalización del partido político que fundó Andrés Manuel López Obrador.

Era de esperarse que los espacios de poder que obtuvo Morena el pasado primero de julio iban a ser motivo de discordia, producto de la ambición que caracteriza a varios líderes del partido que como dirían algunos se marean desde un ladrillo.

Tal es el caso del diputado local José Luis Rodríguez Díaz de León, cuya frustrada elección como líder de la bancada morenista en Donceles, generó molestia al interior de las corrientes que ya comienzan a identificarse en el partido que se ufana de ser “la esperanza de México”

De fuentes cercanas al grupo parlamentario, nos enteramos que la sugerencia para la designación de Rodríguez provino de los diputados cercanos al senador Ricardo Monreal, quien muestra cada vez más su rebeldía con el grupo gobernante del presidente electo.

Muchos se han preguntado qué ganaría el senador zacatecano con imponer a un incondicional en la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso de la Ciudad de México.

La respuesta es sencilla: allanarse el camino para ponerle piedras en el camino a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, cuya postulación fue y ha sido para Monreal una ofensa imperdonable por parte de Andrés Manuel López Obrador.

La coartada parecía haberse consumado, pero la filtración a un medio de comunicación de impacto nacional sobre un supuesto intento de soborno por parte del diputado Miguel Ángel Macedo a la diputada Maricela Zúñiga para elegir al diputado Rodríguez de León, cimbró al partido desde sus bases. Tanto, que el mismo López Obrador tuvo que intervenir para solicitar a la Comisión de Honor y Justicia de Morena, aclare si en verdad es cierta tal acusación.

De Maricela Zuñiga se sabe muy poco, únicamente sabemos que llegó al Congreso producto de una selección de candidatos designados por cuota de género, y no por liderazgo territorial o trayectoria política. Miguel Ángel Macedo, ya fue legislador y llega ahora al Congreso a propuesta del ex diputado federal y ex Jefe Delegacional de Iztapalapa, Jesús Valencia.

Era obvio que una denuncia de esta naturaleza no pesaría igual si se tratara de liderazgos fuertes del partido y que los protagonistas del escándalo deberían ser piezas menores para hacer más ruido.

Dice un refrán popular citado con frecuencia por el mismo Andrés Manuel López Obrador, que la calumnia, “cuando no mancha, tizna” e independientemente del resultado que surja de la investigación que realiza la Comisión de Honor y Justicia de Morena, el daño esta consumado y ahora el partido que siempre pregonó ser diferente a todos demostró que es igual a todos.

¿Quién es el mafioso ahora?; ¿cómo es que se enquistó en un partido tan joven estas mañas y viejas prácticas que caracterizaron al priísmo?

Mal augurio revelan estos golpeteos y guerra sucia entre los diputados de Morena, pues con este tipo de ataques lo único que demuestran es que el bienestar de a gente es lo que menos les importa.

La soberbia y el desdén son malos consejeros, y eso demostraron los legisladores morenistas quienes en medio de este lodazal impusieron su mayoría para evitar que las reformas al sistema local anticorrupción avanzaran hacia una auténtica autonomía de los órganos de fiscalización de las Alcaldías, dependencias y órganos autónomos de gobierno.

Ahora, los contralores internos que serán los que vigilen y supervisen el gasto público serán palomeados por la Jefa de Gobierno, sin la participación del poder legislativo como estaba estipulado. Pocas veces se ve que en un Congreso, se voten a favor de auto restarse facultades.

En sus intervenciones durante la discusión del dictamen que consumó estas reformas el pasado jueves, los diputados Miguel Ángel Salazar del PRI y Federico Döring del PAN refirieron una y otra vez el compromiso que hiciera la doctora Claudia Sheinbaum para garantizar la autonomía plena del sistema local anticorrupción, pero pese a la contundencia de los argumentos, Morena aplicó su aplanadora.

Ahora, es cuando los partidos de oposición, no deben quedarse callados y deben hacer valer el compromiso que tienen con la representación que obtuvieron para evitar los abusos del poder de una  mayoría que demuestra  no ser inmune a la corrupción, la mentira, la farsa y la soberbia.

Lo mismo esperamos de aquellos diputados y diputadas de Morena que cuentan con la calidad moral suficiente para mantener la representación ciudadana, pero que por vergüenza han guardado silencio ante los escándalos y jaloneos para evitar que el partido se fracture todavía más. Su papel será más digno, si a su voto le confieren un compromiso social y no la sumisión al padrino político, como lo hizo la diputada Ernestina Godoy, quien en su corto periodo ante puso siempre los intereses de grupo y ahora será premiada con la propuesta para ocupar la Procuraduría General.

Qué lástima que los ideales que dice defender Morena se hayan olvidado en tan poco tiempo y se hayan perdido con esta tiznada.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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