Por La Mafia del Poder
Los sismos del 19 de septiembre dejaron miles de damnificados, entre ellos a Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la CDMX, quien vio truncadas sus ilusiones de lanzarse como candidato independiente a la Presidencia de la República.
La idea de Mancera era dejar el gobierno capitalino tan luego rindiera su quinto Informe de Gobierno, a fin de tener el tiempo libre para hacer campaña por el país en busca de la nominación electoral.
Pero el funcionario se engolosinó y cambió el día de su retiro para octubre, pues quería aprovechar los reflectores que como presidente de Conago iba a tener en toda la nación; hablaría en todos los foros a nombre de los gobernadores.
Eso, aunado a que antes de partir quería ajustar cuentas al interior de su gabinete y hacer los cambios necesarios, con la intención de dejar a sus leales al frente de las principales carteras en la capital, a las que les estaría echando ojo a distancia.
Pero el sismo del 19 de septiembre, apenas dos días después de su informe en la ALDF, cambió por completo el panorama y tiró las fichas en el tablero político.
De buenas a primeras Mancera se vio envuelto en la emergencia de auxiliar a la población afectada y, aunque se pasmó, contó con la valiosa intervención del gobierno federal, que se hizo cargo del asunto salvando la cabeza del gobernante local.
Sin saber bien qué hacer, el jefe de Gobierno se encerró en el llamado C-5 con todo su Gabinete y desde ahí, sin ensuciarse los zapatos y menos sus cuidadas uñas, el funcionario se dedicó a dar conferencias.
Con su chamarrita negra con su nombre y su cargo, como si quisiera aprovechar las cámaras para seguir en campaña, Mancera salió todos los días fresco, peinadito, rasurado y sin ojera alguna, contrario a las personas que participaron en el rescate.
Su millonaria campaña de spots en los que aparecía con playera de manga corte, preparando una ensalada o corriendo en una caminadora, desaparecieron de todos lados cortando de tajo su estrategia.
Ya no se pudo promover y ni siquiera se le ocurrió darse una vuelta por las zonas siniestradas –con su playerita de chavo-ruco, si quería-. La gente no lo vio cerca y ahí acabó de cavar su tumba política.
Ahora que quiere alejarse del gobierno para ser candidato no puede, pues aunque detestado por la ciudadanía, Mancera tiene que quedarse a enfrentar la emergencia y muy mal se vería si se va.
Además en seis días vence el plazo legal para que quienes quieran se candidatos independientes a la Presidencia de la República se inscriban, y no se ve cómo pueda siquiera intentarlo.
Está entre dos fuegos e inevitablemente será alcanzado por alguno de los dos.
Serrano, el otro damnificado
Otro que resultó damnificado fue el ex secretario de Movilidad, Héctor Serrano, quien sí renunció a su cargo apenas se jefe concluyó su quinto informe de Gobierno.
El ex funcionario ya lo había anunciado desde mucho tiempo atrás, pues quería dedicarse a coordinar la campaña de Mancera hacia la Presidencia de la República y para ello necesitaba de todo el tiempo libre.
Pues Serrano ya está disponible, pero ahora no tiene a quien coordinar, pues su jefe sigue en el gobierno y por lo visto ahí permanecerá otro rato.
El ex titular de Semovi tiene todo el tiempo libre para pensar qué va a hacer y si quiere puede operar en el país, solamente que no sabe a nombre de quién, pues el tiempo corre y no tiene candidato.
Y a como se ve, ni lo tendrá.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
