Por La Mafia en el Poder
Por andar de ofrecido en Acapulco, de que él se encargaría de ayudar a “mi hermano” Evodio Velázquez -el alcalde- a mejorar la seguridad en el puerto, a Miguel Ángel Mancera se le hizo bolas el engrudo.
El jefe de Gobierno no fue capaz de responder cuántas patrullas propiedad de la CDMX entregaría a los acapulqueños, en qué condiciones, cuándo y cuánto costarían a los capitalinos; sólo atinó a decir que “ya no eran operativas para la ciudad”.
El fin de semana pasado, en un evento del Día del Niño, Mancera habló ante pobladores de Acapulco y les dijo que les enviaría unas patrullas para ayudarlos contra la inseguridad. Es más, que no se las enviaría nada más, sino que él se las entregaría personalmente.
Ya en la ciudad, el jefe de Gobierno fue cuestionado sobre esas promesas y no supo cómo responder.
“Lo que nosotros hacemos es ver cuáles son aprovechables para ellos, tienen otro tipo de demanda y otro tipo de necesidad, pero para la Ciudad de México ya no son operativos”, dijo.
¿Cuántas?, pues no se sabe, porque Mancera dijo que ellos estarían felices “aunque fuera con una sola una patrulla”.
Suena a desvío disfrazado
El envío de unidades del gobierno capitalino a otros gobiernos se parece mucho a los que en su tiempo hizo Andrés Manuel López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del DF y tenía a Rafael Mollinedo –sí, tío de Nico– en la Dirección de Servicios Urbanos.
Desde esa dependencia El Peje mandaba a Macuspana camiones de la RTP y equipamiento urbano como postes de energía eléctrica y lámparas de alumbrado público, material que era propiedad del GDF.
Siempre dijo que se trataba de cosas que ya no servían para la ciudad, pero en ese entonces se documentó que los autobuses, por ejemplo, eran reparados y pintados con los colores del gobierno de Macuspana en talleres del gobierno capitalino.
Sobre las patrullas que ofreció, Mancera afirmó que ese tipo de regalos no son nuevos en su gobierno, pues incluso ya antes habían enviado unidades al gobierno de Michoacán para apoyar a Silvano Aureoles.
Muy bien, seguramente en los archivos de la Oficialía Mayor de la CDMX estarán los papeles de desincorporación de las respectivas unidades y los convenios de donación, que son indispensables para que se pueda dispones de los cachivaches de su gobierno.
Parece que por andar de lucido y queriendo anticipar su campaña, a Mancera ya se le hizo bolas el engrudo.
Que Monreal jaló a Espino Arévalo
Parece que la desesperación ya llegó a Ricardo Monreal, al grado de que es completamente claro que no será el candidato de Morena al Gobierno de la CDMX en 2018, por lo que se ve obligado a armar su propia candidatura alterna.
A finales de la semana pasada el delegado el Cuauhtémoc filtró una encuesta –mandada a hacer por él mismo- en la que aparece como el aspirante más fuerte para gobernar la capital de la República.
Según esa encuesta, el zacatecano ganaría prácticamente en todas las delegaciones de la ciudad contra el que le pongan.
Y quizá sea cierto y la encuesta no esté cuchareada, como dijera El Mesías, pero lo único claro es que Monreal ya se siente fuera dela esfera pejista y se quiere vender al mejor postor.
Primero quiere que al interior de Morena permee la idea de que no hay otra opción más segura para ganar que él, y que eso se verá en las encuestas que ese partido mandará a hacer en junio para elegir a su candidato al 2018.
Pero si por cualquier razón lo bajan “a la mala”, está listo para entrar en el draft y que cualquier partido o coalición de partidos lo pueda postular como candidato, a fin de no quedarse fuera de la contienda.
Pero si tampoco eso le diera resultado, se lanzaría como independiente con su propia red que incluye a personajes tan bajos como Pablo de Antuñano y ahora Fernando Espino Arévalo, líder del Sindicato del Metro.
Al interior de Morena se dice que al pillazo de Espino Arévalo lo acercó el propio Monreal.
Si es cierto o no, lo que está claro es que el zacatecano ya siente que la lumbre le empieza a llegar a los aparejos.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
