Fernando Díaz Naranjo
En un hecho por demás trascendente, fue aprobado con algunas modificaciones, una iniciativa de decreto por el que se adicionó un artículo transitorio a la Ley de Participación Ciudadana de nuestra Ciudad Capital que dispone lo siguiente:
“El proceso de elección de los órganos de representación ciudadana y la Consulta en materia de Presupuesto Participativo que se contemplan en los artículos 83, 84 y 107 de la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal, se realizarán hasta que la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México establezca lo conducente en la nueva ley en la materia de Participación Ciudadana. Todo ello deberá realizarse en el año 2019”.
Esta resolución proviene del grupo parlamentario de Morena que tuvo su origen con la “aparente” intención de revisar la Ley de Participación Ciudadana. Sin embargo, no se conoce, o no se ha hecho público algún proyecto que sirva de base para el análisis de posibles reformas al actual marco normativo con el que se venían llevando a cabo tanto la elección de los órganos de representación ciudadana como la Consulta sobre el Presupuesto Participativo.
Recordemos que fue en 2004, cuando se publicó la entonces Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal, sin embargo, es hasta 2010 cuando los Comités Ciudadanos, instancias que se constituyeron como representantes de la ciudadanía, son electos por primera vez. Estas figuras fueron renovadas en los ejercicios electivos de los años 2013 y 2016.
También en ese año (2010), luego de una de las tantas reformas que ha tenido la Ley de Participación Ciudadana, se creó el ejercicio denominado Presupuesto Participativo en donde los ciudadanos han podido decidir respecto a la forma en que deben aplicarse recursos públicos en proyecto específicos determinados por la propia ciudadanía en las colonias y pueblos originarios en que se ha dividido la Ciudad de México.
Ambos ejercicios habían generado ya, en la población de la Ciudad de México, un referente de participación de sus habitantes; primero, para elegir, a través del voto libre y secreto, a los ciudadanos que los representaran ante diversas autoridades constituyéndose dichos órganos de representación vecinal como un canal de comunicación entre la población y las autoridades de las hoy alcaldías de la Ciudad.
Además, como vecinos teníamos también la posibilidad de opinar sobre diversas mejoras para nuestro entorno, para nuestra colonia o comunidad a través del Presupuesto Participativo.
Hoy con esta decisión no queda claro el rumbo que tomará la participación ciudadana en nuestra Ciudad Capital.
Si bien el propio Decreto de referencia determina que los integrantes tanto de los Comités Ciudadanos, de los Consejos Delegacionales, así como de los Consejos de los Pueblos y representantes de manzana deben permanecer en su encargo hasta el día en que fueron electos, no se tiene una referencia del rumbo que el órgano legislativo en la Ciudad de México tomará.
Entre las múltiples afectaciones por esta decisión se encuentran, entre otras, que la ciudadanía que impulsó durante muchos años contar con alguna participación en la toma de decisiones que competen a su comunidad hoy se encuentra sin, al menos, alguna orientación del rumbo que tomará o no la misma.
Por su parte, entre los invitados a la fiesta democrática ciudadana se encontraba el Instituto Electoral de la Ciudad de México responsable de la planeación, organización y operación de estos ejercicios y que, a punto de emitir la Convocatoria respectiva para estos ejercicios, con sistemas innovadores, como la votación por Internet, irrumpe dichos procesos por la falta de respeto del legislativo.
Esperamos que al final, si llegan a aprobar un nuevo marco normativo este a la altura de las exigencias ciudadanas. ¡Hasta la próxima!
