Adrián Rueda
Al hacer un balance de lo que fue el primer periodo legislativo ordinario de la actual Legislatura de la CDMX, el moreno Ricardo Ruiz se colgó medallas en las que se autodefine como muy trabajador y hábil para los consensos.
El coordinador pejista en Donceles destacó ayer su oficio político para lograr el consenso de todos los grupos parlamentarios en la aprobación de los principales temas de la capital de la República.
Parece que el coordinador de Morena vio otro partido y que sería necesario que alguien lo invitara a checar el VAR, como el que utilizan los árbitros en el futbol, para corregir la sarta de mentiras que en unos cuantos minutos se atrevió a decir en conferencia.
Que su trabajo fue muy “intenso y exitoso”, pues habría que recordarle a Ricardito que ni siquiera inició como diputado, pues tuvo que esperar un mes a que Alejandro Encinas le heredara la silla, así que trabajo “intenso”, lo que se dice “intenso”, no hizo.
Que después de ello tardó algunas semanas en poder ocupar la presidencia de la Junta de Coordinación Política, porque sus propios compañeros lo rechazaban. Y que cuando por fin lo nombraron, le impusieron dos vicecoordinadores y un consejo, que son los que mandan.
Si por exitoso entiende que esta legislatura es tan inoperante que incluso está en desacato por incumplir los plazos de los mandamientos constitucionales, entonces está claro por qué en Donceles todo es un desbarajuste.
Y si se cree muy hábil por haber convencido a las demás fracciones de ir en consenso, sería bueno que le echara ojo al diario de los debates para enterarse, porque casi siempre estuvo ausente, de las veces que la oposición acusó a Morena en tribuna por mayoritear todo.
Tan mal operador es que su propia fracción paralizó semanas los trabajos legislativos, precisamente porque no fue capaz de cabildear su propio nombramiento como coordinador, lo que ocasionó una rebelión en la granja morena capitalina.
Tan “exitoso” fue su trabajo que Morena tardó más de tres meses en nombrar a los titulares de las Unidades Administrativas, incluida la Dirección de Comunicación Social, por estar peleando entre ellos por los centavos.
Además de Ricardito, en la conferencia de ayer hablaron los vicecoordinadores Valentina Batres y José Luis Rodríguez, lo mismo que la expanista Guadalupe Morales, en presencia de otros cinco legisladores.
Fueron tantos morenos para que nadie se enojara; nada más faltó el perico, y todo porque no hay un liderazgo sólido que imponga.
Por cierto, el lunes pasado, el diputado Rodríguez dio a conocer que el exoficial mayor de la ALDF, Guillermo Sánchez (no se atrevió a nombrarlo), ganaba 200 mil pesos mensuales y que había 346 plazas de confianza, las cuales fueron reducidas a 205.
Todo eso es cierto, sólo le faltó decir cuántas de esas plazas eran exigencia de los diputados de Morena —que fue la fracción más floja— y aclarar que se comprobó con documentos que tenían plagada la nómina de aviadores y parientes.
Lo dicho, a los morenos de Donceles les hace falta un VAR.
CENTAVITOS… En aprietos metió la escasez de gasolina a Claudia Sheinbaum, quien apenas ayer por la mañana negaba tener información alguna de que el combustible escaseara en la CDMX. Horas más tarde, automovilistas y despachadores de gasolina atiborraron con fotografías las redes sociales para demostrar que el problema era real, sobre todo en zonas de Coyoacán, Benito Juárez, Tlalpan, Venustiano Carranza e Iztapalapa. O la jefa de Gobierno miente o no tiene quien le informe o los ciudadanos son unos mentirosos.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/a-morena-le-hace-falta-el-var/1289083
