Por la Mafia del Poder
Por supuesto que para nadie en el gobierno capitalino era secreto que Edgar Amador, titular de Finanzas de Miguel Ángel Mancera, ha estado apoyando con recursos a Claudia Sheinbaum desde que llegó a Tlalpan.
Sobreviviente del gobierno de Marcelo Ebrard, con quien fue subsecretario también en Finanzas, Amador es un tipo que ha sabido utilizar políticamente su cargo, pues lo mismo aprieta a funcionarios que los apoya con la llave de los recursos.
En general conserva buena relación con algunos delegados perredistas –no todos, por supuesto- a los que incluso impulsa a que se lancen por la lucha para el gobierno capitalino en 2018.
Y eso no estaría tan mal, considerando que el PRD llevó primero a Marcelo y después a Mancera a la Jefatura de Gobierno, pero lo que no cuadra a muchos es por qué insiste tanto en apoyar a Sheinbaum.
Sobre todo porque la delegada en Tlalpan es la favorita de Andrés Manuel López Obrador para que asuma la candidatura de Morena en la capital de la República.
Ni modo que Amador no sepa esto o, peor aún, que lo sepa y que apropósito apoye a la carta fuerte que unos de los principales adversarios de Mancera tiene para apoderarse de la CDMX.
No es la primera vez que su secretario de Finanzas le juega chueco, pero por alguna razón Mancera no se ha atrevido a correrlo.
Allá él y su mala cabeza, porque le está jugando las contras.
Sheinbaum anda temerosa
Y hablando de la delegada en Tlalpan, dice que anda temerosa y lo que le sigue porque existe el riesgo latente que el escándalo de Tláhuac la salpique.
A estas alturas ya está claro que las andanzas del El Ojos, capo muerto por la Marina en la capital de la República, tienen que ver con personajes clave de Sheinbaum, quien probablemente no sabía las fichitas que le acercaron, pero les dio entrada.
Además de haber buscado el apoyo de Gobernación a través de su cuñado Eugenio Imaz, director del CISEN, para que no resultara salpicada, la funcionaria visitó personalmente a Mancera ayer, para pedirle ayuda contra el narcomenudeo en su zona.
Ya la semana pasada le había enviado un oficio para denunciar las cosas raras que veían en Tlalpan, pero quiso amarrar el tema y mejor se apersonó en el edificio del viejo Ayuntamiento de la CDMX para externarlo de viva voz.
La preocupación en su equipo es grande, sobre todo porque la encuesta para decidir al abanderado moreno en la capital está a la vuelta de la esquina y existe el fundado temor de que a Claudia le estalle algo grave muy cerca del proceso y quede fuera.
Que por eso El Peje dio la orden a Mario Delgado de anotarse, para tener otra ficha desechable con qué presionar.
Ifigenia con AMLO
La pobre maestra Ifigenia Martínez difundió a través de redes sociales una reunión con López Obrador, con quien dice que habló del rumbo económico que debería tomar el país a partir del próximo año.
Nadie duda, por supuesto, de la capacidad de la maestra en el tema, pero el haberle rogado tanto a Andrés Manuel para que a recibiera no habla muy bien de ella, que no tiene cabida en el equipo de Morena.
Claro que la figura de Ifigenia será usada por El Peje y después desechada, ya que el tabasqueño no quiere a ninguna figura emblemática a su lado.
Por eso tampoco se ha dignado a responder a la invitación de Porfirio Muñoz Ledo y del propio Cuauhtémoc Cárdenas para reunirse y ver qué pueden hacer juntos.
A estas alturas todo mundo tiene claro que el tabasqueño no dejará entrar a nadie más a su círculo.
¿Para qué convidar a otro caudillo a que le haga sombra, si López Obrador ya tiene su partido-negocio, que como el PVEM: será un partido familiar que le dejará muchos millones anuales y varias alcaldías, diputaciones y a lo mejor hasta una gubernatura?
Tiene alguna necesidad de invitar a Cárdenas o cualquier otro a que le entren con él?
Claro que no, porque el tabasqueño ni siquiera quiere ser Presidente de México; seguirá siendo luchador social con un partido-negocio para su futuro y el de su prole.
Sus hijos serán los nuevos niños verdes, pero no güeros, sino morenos.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
