Todo el mundo sabe que no fue elegido en las urnas y que ni siquiera logró el apoyo unánime del gabinete para asumir como jefe de Gobierno sustituto, pero José Ramón Amieva se la pasa nadando de a muertito y no hace más de lo estrictamente necesario.
Nadie ignora que los servicios de esta ciudad caminan en automático —esté quien esté al frente— y que lo que varía es la eficiencia y el proyecto de gobierno que se quiere, y esto último es justamente lo que no hay.
El jefe de Gobierno sustituto trabaja con un perfil más que bajo, casi desaparecido, y eso no es buena señal para los ciudadanos, que quieren ver que hay alguien al frente para lo que venga, incluso para saber a quién reclamarle.
Porque van varias semanas que quedó al frente del Gobierno y, aunque parezca increíble, aún hay mucha gente que no sabe quién se quedó en lugar de Miguel Ángel Mancera, ni siquiera lo ubican.
Y eso sería lo de menos si se viera que algo está haciendo en materia de seguridad, por ejemplo, que ha sido el coco de esta administración, a pesar de que el grupo que tuvo el control desde 2012 proviene de las áreas de la policía.
La delincuencia está desatada, los policías se dedican abiertamente a robar a los automovilistas y la capital es, en síntesis, un verdadero relajo. Cada quien hace lo que quiere y nadie pone orden, por lo que despachan a su gusto.
De por sí el carácter de Amieva siempre ha sido de muy bajo perfil, pero en la posición en la que está necesitaría dar la cara y salir a dar al menos algo de aliento a los ciudadanos, que no ven ninguna posibilidad de mejora.
Por supuesto que eso genera todavía mayores problemas a los candidatos del PRD a puestos de elección popular en la Ciudad de México, que se ven afectados por esta pésima administración, de la cual la mayoría de los capitalinos está harta.
Por si las cosas no estuvieran mal, Amieva no ha podido —o querido— solucionar el problema de los bomberos, cuyo activismo político ha dividido al gremio y los ha convertido en un brazo político del Frente y de Morena.
Por supuesto que eso es muy triste, sobre todo porque, hasta hace muy poco, los bomberos eran quizá los únicos servidores públicos respetados y queridos por la ciudadanía, pero los metieron a la grilla y los expusieron al rechazo.
Ni siquiera eso ha podido contener el jefe de Gobierno sustituto que una vez dijo, cuando se le mencionaba como probable remplazo, que no le apetecía quedarse al frente, porque no se sentía preparado para el cargo.
Todos pensaban que se trataba de una declaración para zafarse de la grilla, pero el tiempo le dio la razón y su dicho quedó demostrado ahora que sustituyó a Mancera.
En su favor está que no fue elegido en las urnas y que no tiene las condiciones de poner su sello al gobierno, pero, como todo cambio, despertó expectativas que, es obvio, no serán cumplidas.
CENTAVITOS… Los trabajadores del Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (InfoDF) están entre la espada y la pared, ya que, por un lado, les avisaron que tenían que cumplir órdenes de los comisionados David Mondragón y Luis Fernando Sánchez, que, aunque ya habían concluido su periodo, por recomendación del presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Leonel Luna, se reintegran mientras no se designe a comisionados nuevos.
Pero, por el otro, viven la amenaza de la comisionada Elsa Bibiana Peralta, de que, en caso de acatar dichas instrucciones, tomará acciones en contra de quien los ayude. Incluso ha solicitado cerrar una vez más esas oficinas y dicen que ya anda pidiendo oficios a quien se mueva hasta para ir al baño.
La crisis que se vive en el InfoDF, crece.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/el-bajo-perfil-de-amieva/1240875
