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AMLO, varado por el aeropuerto

El sábado 22, el vuelo que saldría de Ciudad Obregón con destino a la capital del país se retrasó cerca de tres horas.

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Arturo Páramo

Los dos retrasos que sufrió en sus vuelos de avión el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, uno más prolongado que otro, despertaron una vez más el debate sobre la conveniencia de continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en el Ex Vaso de Texcoco.

El miércoles 19 de septiembre, el vuelo que trasladaría a López Obrador desde Huatulco a la Ciudad de México tuvo un retraso de cinco horas e incluso los pasajeros tuvieron que ser bajados del avión ante lo prolongado de la incómoda espera.

El sábado 22, el vuelo que saldría de Ciudad Obregón con destino a la capital del país se retrasó cerca de tres horas.

Los casos podrían haber quedado en la anécdota de no ser porque ponen de nueva cuenta en el debate la saturación del actual Aeropuerto y la viabilidad del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

En ambos episodios el tabasqueño recalcó que no utilizará el avión destinado para él y que en los casos de cierre del aeropuerto capitalino tendría prioridad para aterrizar por sobre el resto de los vuelos que estén en dirección de la Ciudad de México.

Contrario a lo que escriben varios articulistas, en las salas de espera los pasajeros que conviven con el presidente electo ven con simpatía que López Obrador no tenga prioridad sobre ellos y que soporte tantas horas como cualquier pasajero para abordar su vuelo.

Los episodios se dieron a cinco semanas de que se realice la consulta ciudadana planteada por el propio López Obrador para que la gente decida sobre el lugar donde se construirá el aeropuerto.

Cabe señalar que las cámaras empresariales más importantes del país, todas las asociaciones de ingenieros relacionados con el tema, y organismos internacionales de aeronáutica han expresado unánimemente que el peor escenario es el de detener la construcción en Texcoco y llevarla a Santa Lucía y continuar utilizando las 75 posiciones de las dos terminales actuales.

A López Obrador se le acaban las opciones en esta lucha contra toda una industria que no sólo tiene que ver con el traslado de pasajeros sino con el transporte de mercancías, con el turismo y con inversiones millonarias que han hecho las aerolíneas consolidadas y pondría en riesgo el futuro las aerolíneas de bajo costo.

Por esto, el equipo del presidente electo busca desesperadamente quién les pueda brindar una opción que le permita salir del atolladero, un despacho, un especialista o un ingeniero que sustente con datos duros que sí es posible abandonar el proyecto de Texcoco y utilizar los dos aeropuertos simultáneamente.

Si no lo encuentran, la consulta será un ejercicio poco útil, porque la decisión estará sustentada en consideraciones personales, en simpatías con el discurso del futuro presidente y no en opiniones informadas.

En su gira de agradecimiento, López Obrador no toca el tema del Aeropuerto en sus encuentros con aquellos que votaron por él, pese a que afirma que se trata de un asunto de interés nacional.

El tema del Aeropuerto se ha complicado y eso a López Obrador le gusta, le motiva. Para quienes se sorprenden por la insistencia del tabasqueño en someterlo a consulta, habrá que recordarles que ya ha entablado batallas mediáticas en temas que parecían no tener mayor relevancia, como el Horario de Verano; o tan complejos como la construcción de una autopista elevada sobe el Periférico de la Ciudad de México.

Las consultas no le quitan el sueño, y menos con una maquinaria tan aceitada como la de Morena.

Ese impulso que aún tiene ese partido le alcanza para establecer grupos de apoyo en la logística de su gira en cada estado y municipio que visita y hacer parecer que la Ayudantía que lo resguarda es suficiente.

Le sirve para tener altas posibilidades de ganar una nueva elección en Coyoacán (en caso de que así lo ordenen los tribunales electorales).

López Obrador no dejará de preguntar sobre la ubicación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, aunque ya se le ha demostrado técnicamente, con números, con memorias de construcción, con estudios de años de duración, que el NAIM sí es viable, que no se inundará y que no se hundirá.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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