Adrián Rueda
Sin más objetivo que tomar café y comentar los acontecimientos políticos de la Ciudad de México y del país, un grupo compacto de exfuncionarios de Miguel Ángel Mancera se reúne dos veces al mes a desayunar.
Los exfuncionarios, que en la actualidad están en la banca, tienen claro que deben dejar la cancha libre a Claudia Sheinbaum por el bien de la capital, aunque, por supuesto, no dejan de opinar qué harían ellos en sus circunstancias.
Convocados por un personaje cercano al exjefe de Gobierno, todos asumen que la derrota electoral de julio pasado fue apabullante y que les toca bajar el perfil, pues a ellos ya les tocó tomar decisiones.
Por supuesto, comentan y critican a la 4T, pero ahora como simples mortales, pues no les dejan de preocupar ciertas decisiones que se toman en materia de políticas públicas.
Los exfuncionarios adoptaron esa práctica desde hace algunos meses, primero, ante la expectativa de ver en qué plan llegaba el nuevo gobierno y, después, para analizar todo lo relacionado con la grilla, que ni les gusta.
De momento, se sienten tranquilos, porque han respetado la máxima de guardarse para dar el espacio a los ganadores, aunque se mantienen unidos para compartir información que les pueda ser de utilidad.
Hacen lo que todo político que le toca ir a la banca debería hacer: ver los toros desde la barrera y dejar que el nuevo matador —en este caso, matadora— dé los capotazos que considere necesarios en el ruedo.
Incluso, de vez en cuando, se reúnen también con importantes políticos de otros partidos que también están en la banca, con quienes intercambian opiniones del rumbo del país y de la política, pero en el plano de “analistas”.
Aunque a los chilangos les gusta ver pelea, y seguramente guardaron armamento por si hubiera alguna escaramuza con las nuevas autoridades, un pleito podría salpicar incluso hasta al gobierno federal, por lo que prefieren mantenerse como un club de café.
Sobre todo porque, si bien es cierto que la propia Sheinbaum ha insistido en que la falta de resultados en su gobierno es por culpa de la anterior administración, no ha culpado a ningún exfuncionario en particular, por lo que la fiesta está en paz.
Quizá quien ha personalizado el tema es la procuradora Ernestina Godoy, quien dijo que sus antecesores en el cargo maquillaron las cifras delictivas para dar la percepción de que la inseguridad estaba disminuyendo.
Y aunque pidió que la Fiscalía General de la República investigara, entienden que se trata de un tema político que no trascenderá más allá de lo mediático, por lo que seguirán atentos y en calma, dicen.
CENTAVITOS
Una pregunta que anda circulando en los pasillos de Donceles es si el Palacio Nacional tiene uso de suelo habitacional; las apuestas son que no y que el juniorNéstor Núñez, alcalde de Cuauhtémoc, tendría que tomar cartas en el asunto… cosa a la que, por supuesto, no se atrevería.
