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CDMX

Barrales  puso el último clavo al ataúd del PRD

“Dirigir así o vivir así” es un privilegio que, creo,  lo valgo: Alejandra Barrales

Por Luis Repper Jaramillo*

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Parafraseando al gran “Gabo”, Gabriel García Márquez, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) es actor de su “Crónica de una muerte–largamente- anunciada” que  por intereses político-electorales, no ha desaparecido, pero va que vuela para allá. Y no porque en elecciones haya sido vapuleado por el voto popular, no, sino que su muerte lenta, paulatina, inminente, es producto de su incapacidad, de las luchas tribales internas, de la pésima elección de dirigentes nacionales y de la “mano negra” que tiene metida Andrés Manuel López Obrador,  al interior del partido.

Si en 2012, el PRD dio muestras de solidez, unidad, congruencia, de afecto electoral, cinco años después, es una piltrafa, una vergüenza, y ejemplo vivo de que cuando los intereses personales, de grupo (tribus), de poder enfermizo, encaminan a la ruptura y liquidación política.

Y es lamentable (para ellos) que en un quinquenio haya perdido ese enorme capital político; ese tesoro llamado fidelidad y militancia, que colocó al Sol Azteca en una posición de privilegio. Las cifras no mienten. En la elección presidencial de 2012, AMLO contendió  contra el priista, Peña Nieto, abanderando a la Coalición Movimiento Progresista (PRD, PT, MC), cuya candidatura le permitió obtener 15 millones 890 mil 147 votos (31.59% del Padrón Nacional). En esa misma elección, para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, el PRD, postuló a un sujeto sin partido, Miguel Ángel Mancera Espinosa, con resultado favorable y sorprendente, (un hito en la historia política en el DF), 3 millones 28 mil 704 votos (63.56% del Padrón Local); es decir, en 2012, el Sol Azteca disfrutaba la miel del apoyo popular, pues entre dos de sus candidatos prioritarios sumaron 19 millones y medio de votos… Nada mal.

Peeeero… años después la escisión amarilla. López Obrador se separa y forma su empresa privada, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), miles de “militantes” perredistas chaquetean y corren ipso facto a los brazos del tabasqueño. Duro golpe. Quienes se quedan forman nuevas tribus, como los Galileos (los Chucos Ortega y Zambrano), revive el grupúsculo de René Bejarano, pero el golpe más severo para las pretensiones perredistas, es que su joya de 2012, Mancera Espinosa, rechaza afiliarse al partido, lo que debilita la simpatía, apoyos, militancia y lealtad a los amarillos.

Mancera sostiene que le interesa la candidatura presidencial de 2018, pero no con el PRD, sino independiente o con otro partido.

Luego vinieron errores tras errores. La elección de dirigente nacional provocó rupturas, quebrantos, odios y desbandada hacia Morena. Por ejemplo la llegada de Carlos Navarrete Ruiz, que sólo duró en el cargo 13 meses (octubre de 2014 a noviembre de 2015)  le  tocó lidiar con el problemón de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, que se intensificó y convirtió en turbulento, porque el Presidente Municipal de Iguala, era un militante perredista, José Luis Abarca y el Gobernador de Guerrero, otro perredista, Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien como las ratas cuando el barco se hunde, huyó del Estado antes que explicar su responsabilidad. Sigue impune

La gestión de Carlos Navarrete fue tan gris, como él. Sin pena ni gloria.

Lo releva otro insulso perredista, Agustín Basave Benitez, quien sólo duró 8 meses en el cargo,  noviembre de 2015 a julio de 2016.

Si Navarrete fue opaco, éste fue peor. De entrada fue presidente del PRD, con sangre priista, en donde militó durante 20 años. Es tan arraigado su amor por el PRI que Agustín Basave a la muerte (en 1994) de Luis Donaldo Colosio Murrieta, se convirtió en protector de Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de su entrañable amigo Donaldo.

Tal es su cercanía con Colosio Riojas que Agustín Basave Alanís, hijo, y el junior de Colosio Murrieta no sólo son amigos entrañables, sino socios del despacho de abogados Basave-Colosio-Sánchez. El gris ex presidente del PRD, dedicó más esfuerzo e interés a proteger y cuidar a su entenado, que atender la crisis de su partido. A tal grado es la malaria amarilla que en su carta de renuncia al cargo, Basave Benitez, describió la realidad perredista (cita textual): en virtud de que no estoy dispuesto a afiliarme a una corriente, ni a formar parte de un bloque y dado que en estas circunstancias la gobernabilidad (en el PRD) es más que precaria (y sigue), he decidido renunciar a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, con carácter  irrevocable (fin de la cita).

Ya preveía Basave el derrumbe del partido y prefirió huir, que enfrentar los retos.

De tumbo en tumbo, de yerro en yerro, de incapacidades a incapacidades, ha sido el sino del partido de izquierda que fue alguna vez alternativa de gobierno federal.

Luego de Basave, fue nombrada como presidenta interina, Beatriz Mojica Morga… así nomás de pasadita por la oficina del presidente partidista, de Benjamín Franklin  #84, Colonia Escandón. Así de pasadita, ni blanco o negro, más bien gris.

Para “rescatar” lo que queda del PRD, aparece sorpresivamente como “mujer maravilla” la Senadora por el DF, Alejandra Barrales Magdaleno, quien de plano trae en sus manos el último clavo y martillo que sellará el ataúd del partido.

En julio de 2016, asume la dirigencia nacional, pero en esta transición vinieron desavenencias, enconos, enfrentamientos por varias posiciones, la más crítica –en este periodo de Barrales- fue la selección del candidato a la gubernatura del Estado de México (4 de junio de 2017), a la que aspiraba Eduardo Neri, bajo el concepto de Unidad.

Sin embargo, Barrales se saca un As de la manga, y por decisión cupular, del Comité Ejecutivo Nacional, que ella Preside, designan a Juan Zepeda, ex alcalde de Nezahualcóyotl, como su abanderado a la contienda mexiquense.

La decisión provocó la salida de decenas de legisladores, militantes y dirigentes del Sol Azteca a la empresa de López Obrador, Morena.

No se reponía de este desagrado de huestes amarillas, cuando un escándalo mayor golpea a Barrales Magdaleno, cuando la televisora norteamericana Univisión Investiga, exhibe la propiedad –nunca reportada en su Declaración Patrimonial y en la 3 de 3- de un departamento de lujo en exclusiva zona residencial con vista a la bahía, en Miami, Florida, Estados Unidos.

El nidito de la dirigente de “izquierda” tiene un valor de casi un millón de dólares, que pagó, dijo, “con sus ahorros” y con sus salarios a lo largo de su vida (¿en donde he oído esto, en dónde he oído esto?).

Barrales hizo cosas malas que parecen buenas. Porque esta propiedad debió incluirla en su Declaración Patrimonial al asumir el cargo de Senadora de la República y la anterior como Diputada local en la V Legislatura de la ALDF (2009/2012), así como en la manifestación “moral”, 3 de 3, en 2017. Sin embargo nunca registró este inmueble y las consecuencias de su “olvido” no sólo impactarán en su vida personal, sino arrastrará como vergüenza a la supuesta “izquierda” que representa, porque en sus discursos señala trabajar en favor de los pobres, los marginados, los olvidados, los abandonados por el Sistema y los partidos siniestros, pugnan por resolver la marginación.

Pamplinas. Nadie le cree, porque no sólo Barrales Magdaleno se hizo de un depa en Miami de 1 millón de dólares, sino es propietaria en México de varios inmuebles: una residencia con valor de 13 millones 300 mil pesos; un departamento de fin de semana, en Acapulco con valor de 8.1 millones de pesos. Además tiene una cuenta bancaria con 12 millones de pesos y anualmente “recibe” 10 millones de pesos, por “actividades diversas”.

¡Vaya, vaya! Una política de izquierda, que ha desempeñado cargos públicos con funcionarios de izquierda en Michoacán, en la CDMX, representando al PRD, en la ALDF, en el Senado y en su propio partido, es multimillonaria, o lo que es lo mismo, critica y golpea con la izquierda… pero cobra y firma sus cheques (como burócrata) con la derecha.

Divinidad de mujer… Más bien diría, mujer mentirosa y omisa (que es delito federal),  arrastra en la incredulidad, desconfianza, rechazo, vergüenza, ignominia al Partido de la Revolución Democrática, a escasas 10 semanas para la elección a gobernador en los estados de México, Nayarit, Coahuila y de diputados locales en Veracruz, a una inminente derrota.

No se diga en 2018, si antes en el Sol Azteca no hacen algo para rescatar un rasgo de dignidad, honor y ética.

Coma bien y diviértase:

Pero no todo es política y desvergüenza, no. Si quiere olvidar estos malos ratos le sugiero pasar una magnifica tarde, degustando exquisitos platillos cubanos y mexicanos, acompañados con ron de la Isla, música en vivo con virtuosos de la música caribeña.

Nuestro amigo Juan Mendoza Gallegos, será su anfitrión en el Salón “Cohíba”, en donde pasará una placentera tarde comiendo, bailando al son y canciones de Cuba.

No dude, coma bien, disfrute de la música, canciones y baile al ritmo de un extraordinario  cuarteto que ameniza su estancia en el Salón “Cohiba”, ubicado en la esquina de Doctor Velasco y Doctor Lucio, Colonia Doctores.

No se arrepentirá, por el contrario, lo recomendará.

 

 

*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)

 

 

 

 

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