Han transcurrido 25 años desde la negra tarde para el priismo, cuando en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California, asesinaron a uno de sus candidatos presidenciales más populares de la historia moderna: Luis Donaldo Colosio Murrieta, en quien habían fincado las esperanzas democratizadoras, de desarrollo, de un gobierno amable y eficaz.
A un cuarto de siglo del llamado magnicidio, existe un detenido y sentenciado como autor material, Mario Aburto Martínez, quien fue condenado a 45 años de prisión, y quien en este tiempo ha vivido en tres penales, desde
Almoloya, pasando por Puente Grande y ahora permanece en Huimanguillo, Tabasco, donde alfabetiza a sus compañeros dándoles clases de educación primaria.
El caso fue cerrado, aunque siempre existe la posibilidad de abrir cualquier expediente, siempre que haya las llamadas pruebas sobrevinientes, pero las dudas de todo este caso siguen presentes.
Decenas de preguntas se mantienen en el aire o sin respuesta, como el hecho de que si hubo un cambio de asesino, pues se decía que no era el mismo que detuvieron en el momento del homicidio, que el que se presentó en el penal de Almoloya, rapado, limpio y sin golpes en la cara.
Hay dudas también sobre la hipótesis del asesino solitario, ese asesino loco que hablaba del Caballero Águila, lo que contrastaba con la teoría del complot, luego de que parecía imposible que una misma persona hubiese tenido la capacidad de hacer dos disparos
al malogrado candidato, pues además de la herida en la cabeza hubo otro balazo en el abdomen.
Los intentos de clasificar la información, las indagatorias y hasta los videos no han tenido suficientes efectos, ya que en recientes fechas se logró la obtención de un video que supuestamente mostraba partes de la escena no conocidas. Se trata de un video tomado
por un agente federal y que formaba parte de la indagatoria, por eso se negaban a difundirlo, pero cuando fue expuesto por la Organización Editorial Mexicana, no se encontró nada diferente a lo que por 24 años habíamos visto los mexicanos.
En torno a la muerte de Luis Donaldo Colosio han existido versiones diversas, incluso han llevado la historia a la pantalla grande.
PARA LOS MEXICANOS LA HISTORIA DE COLOSIO ES UNA HISTORIA TRÁGICA,
EN DONDE NUNCA SE DEFINIÓ SI SE TRATÓ DE UN CRIMEN DE ESTADO, SI SE TRATABA DE UN ABURTO LOCO, O SI EN
REALIDAD EXISTIÓ UN AUTOR INTELECTUAL DEL QUE NUNCA SE HA
SABIDO SU IDENTIDAD.
Colosio Murrieta es para importantes sectores del priismo nacional uno de los ex dirigentes que mayores aportaciones hizo a su partido, definiendo diversas posiciones, como lo que él llamaba la reforma del poder, en donde
se evitara la gran concentración de las decisiones del país en una sola persona o en un solo grupo muy reducido.
Así definió en su multicitado discurso del 6 de marzo de 1994, en el Monumento a la Revolución, su ideario, en donde describió a un México sediento de justicia y hambriento de gobiernos eficaces “que respondan a las expectativas de la sociedad mexicana”.
El legado de Colosio es claro, siempre entendió el sentir de la gente, interpretó las carencias y las demandas de la sociedad, sus niveles de aceptación podrían haber sido envidiables
por muchos de los priistas, su paso por la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional marcó un importante momento.
Habría que recordar que en 1988 el priismo vivió el primero de los grandes sustos electorales, cuando el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, tuvo que hablar de una caída del sistema que nunca se creyó, frente a la alta competencia electoral
en la que participaban también Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Clouthier por la presidencia del país.
Si bien Colosio Murrieta llega a la dirigencia del PRI a principios de 1989, para las elecciones federales de 1991, la recuperación electoral del tricolor era inexplicable, sin duda, su liderazgo, pensamiento y carisma fueron las
aportaciones que se requerían en el momento político.
Hoy los líderes y compañeros priistas de sus tiempos añoran el trabajo de partido de Colosio, quisieran que se retomaran sus ideales, y aseguran que su legado sigue vigente, peros sus ideales y su visión sin concretarse.
Aseguran también que a Colosio nunca se le hizo justicia en su partido que, si bien cada año se le recuerda, su pensamiento y sus ideales quedaron fuera, este 23 de marzo se cumplen 25 años y sus homenajes no son diferentes a los que se realizan por la muerte de Plutarco Elías Calles o a Lázaro Cárdenas, quienes en la explanada de la sede nacional del PRI flanquean al busto del político sonorense.
