No se recuerda a un gobernante que, en su discurso de toma de posesión, haya sido tan contundente y claro en lo que pretende hacer de la Ciudad de México, a la que dibujó como el lugar ideal para vivir… luego de que ella le dé nuevo rostro, claro.
Aunque con un tono un tanto dormilón y en un discurso que advirtió que sería largo, Claudia Sheinbaum describió ayer, en el Teatro de la Ciudad, lo que será su programa de Gobierno con tal claridad, que cualquier ciudadano lo podría entender.
Decretó la eliminación del Cuerpo de Granaderos por petición de los estudiantes de 1968, aunque no explicó cómo se atenderán problemas de motines o disuasión, se cancelarán las fotomultas, no habrá más impuestos y el predial será recalculado a la baja.
Los trámites para abrir un negocio se harán en línea, se cancelarán los negocios en los Cetram, se dará marcha atrás a la concesión de deportivos, se abrirá el Autódromo Hermanos Rodríguez al público y se darán clases de beisbol gratis a todo el mundo.
También, se revisará la estructura de todas las escuelas públicas; se darán recursos a los padres de familia para mantenimientos menores de los planteles; se acabará con la mafia con los bomberos y no habrá más corrupción inmobiliaria.
Prometió abrir un mecanismo para hacer denuncias anónimas en contra de funcionarios corruptos; dijo que viajará, de vez en cuando, en el Metro y en el Metrobús; trabajará de lunes a lunes y ordenó investigar a fondo el caso del colegio Rébsamen.
Sobre el programa El Médico en tu Casa, indicó que será sólo para los viejitos; respetará el derecho al aborto; saneará los ríos de la capital y fortalecerá el financiamiento para modernizar los tres zoológicos de la capital.
Hará cuatro líneas de cablebús para los habitantes de zonas altas en diferentes puntos de la ciudad; abrirá las zonas verdes para el disfrute de los capitalinos y regresará a la policía al uso del esquema de cuadrantes, para bajar la inseguridad.
Anunció que construirá tres puentes viales para desahogar la movilidad y que pavimentará toda la ciudad, porque hay un desastre. Y que, igualmente, destinará inversiones millonarias a la red de drenaje y agua potable. Y así continuó con promesas que, quienes las oyeron, aplaudieron a rabiar, porque la jefa de Gobierno está planteando la ciudad ideal para vivir: segura, sin basura, con vialidades de primer mundo, ecológica y accesible.
Dejó a un lado la retórica política y describió un auténtico paraíso que ojalá logre, por el bien de los ciudadanos, pero hay un pequeño detalle: ¿con qué equipo? Porque con el gabinete que presentó, ni a la esquina. Todos son funcionarios de medio pelo, acompañados por un grupo de “tecnócratas”, como los definió el panista Mauricio Tabe durante la toma de protesta de Claudia. Suena muy bonito, pero habrá que ver qué dice la terca realidad.
CENTAVITOS… Por cierto, al fijar posiciones ante la jefa de Gobierno, los partidos políticos se vieron más que lambiscones. De Morena se entiende; del PES y del PT, se justifica; ¿pero del Verde?; el PRD se notó cauteloso; el PRI, mesurado, y quien se llevó la mañana fue el PAN, por conducto de su coordinador, Mauricio Tabe, quien le dijo de frente a Sheinbaum que los panistas tomaron nota de sus promesas y exigirán su cumplimiento.
Que, además de su equipo de “tecnócratas”, tiene a varios experredistas que ya gobernaron, por lo que no hay pretexto de que apenas van a aprender. Enérgico, pero sin faltarle al respeto, Tabe dejó en claro que el PAN es el único partido que se asume como oposición.
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