Hugo Morales Galván
La Ciudad de México (CDMX) tiene autoridades legalmente instaladas. Una Jefatura de Gobierno y 16 Alcaldías. Sus titulares realizan las actividades administrativas naturales del cargo. Cobran el impuesto predial, el agua, servicios vehiculares, multas. Pero a la sombra hay una especie de cogobierno que es controlado por el crimen organizado y la delincuencia organizada institucional.
El crimen organizado marca las fronteras de su operación: cobra de derecho de piso a todos y cada uno de los comercios; determinan qué lugares y quiénes pueden vender drogas. Sus integrantes se han dividido las 16 alcaldías; los reclusorios varoniles y femeniles, e incluso las zonas federales como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Deja que las autoridades hablen de legalidad y certeza jurídica, pero la seguridad la imponen ellos. Cárteles diversos: La Unión de Tepito, La Anti-Unión, El Cártel de Tláhuac, Los Rodolfos, Los Molina, el Cártel Nueva Generación de Tepito y La Rosa Nueva, entre otros
No hay bar ni negocio que no tenga que pagar una cuota para poder operar sin problemas, bajo la ilícita protección delincuencial. De nada sirve que se quejen. Tienen dos problemas, uno, ineficacia e incapacidad de la SSPC-CDMX para atenderlos –muchas veces por complicidad policía/delincuente); y dos, el cobro de piso también lo ejercen inspectores de vía pública y personal de las propias alcaldías. La inseguridad en pleno.
Lo sabe la Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaun; su secretaria de Gobierno, Rosa Isela Rodríguez (de quien dependen los reclusorios); el secretario de Seguridad Pública, Jesús Orta Martínez; y su procuradora Ernestina Godoy. En campaña electoral les fue muy fácil criticar, prometer. En el ejercicio de gobierno muestran su incapacidad para garantizar la seguridad pública de la ciudadanía. Nadie es especialista en seguridad pública.
Todos los días, Sheimbaun reune a su gabinete de seguridad y los lunes se suma a la del presidente Andrés Manuel López Obrador. Difunde en redes sociales fotografías de sus reuniones. De una de ellas subió un mensaje en el que aseguró que analizaban nuevas medidas para combatir la inseguridad. No son del conocimiento público de qué tipo de medidas se trata. Lo cierto es que el crimen organizadole le enrostra todos los días en vivo y en línea, los asaltos, los robos y las ejecuciones.
La Jefa de Gobierno no puede con la inseguridad pública en la capital. No comprende que los buenos deseos no son política pública. Así se entiende su Estrategia para una Ciudad de México Segura y en Paz, que consta de 15 ejes. Algunos de ellos con un nivel de ingenuidad como buscar el alto al fuego en colonias de alta incidencia delictiva. ¿Cómo? Con estrategias basadas en el éxito “para reducir homicidios sustentadas en la inteligencia, prevención, participación de familiares, organizaciones civiles, iglesias, policía y ministerio público”. ¿Cuáles són esas estrategias exitosas? No lo sabemos. Según su propia estrategia, familiares y organizaciones civiles participarán en la definición de las acciones. ¿Existe registro de alguna reunión que Sheinbaum y su equipo se hayan reunido con organizaciones de la sociedad civil, especializadas en seguridad ciudadana? Ninguno.
¿Los empresarios y los comerciantes son los indicados para elaborar las estrategias sectoriales de prevención y atención del delito? No. Ellos piden certeza jurídica, seguridad pública y protección. Sin embargo, según el eje 15, el Gobierno de la CDMX los responsabiiza de ello.
Claudia escupió al cielo. Como candidata no hubo espacio ni tribuna donde no prometiera que su triunfo permitiría el regreso de la paz y la seguridad. Culpó de todos los males a sus antecesores. Hoy, como Jefa de Gobierno se engulle sus propias palabras.
El 18 de diciembre pasado, ufana dijo que a pesar de la inseguridad que se vivía en la CDMX, la Guardia Nacional no ingresaría a la capital. Sin embargo, lejos quedaron sus promesas. Después dijo que sólo vigilaria zonas limítrofes con el Estado de México. Ahora, anunció que la Guardia Nacional operará en la Ciudad de México desde tres bases y se usca la construcción de una cuarta.
Claudia no puede. Y la violencia no dará tregua.
