Morena ha generado altas expectativas a nivel nacional y en la Capital CDMX con la tan famosa cuarta transformación de México. No sólo en la aplicación de medidas de austeridad, sino en el respeto de la ley, la transparencia y la consolidación del Estado de Derecho.
Sin embargo, en la instalación del primer Congreso de la Capital CDMX, el partido de Andrés Manuel López Obrador arrancó con claroscuros. Uno de ellos, y el más visible fue torcer la ley para evitar que la oposición tuviera el control de la Mesa Directiva.
Con una argucia legal humillaron a Jesús Martín del Campo, fundador de Morena, al pedirle que se sumara a la fracción del PT para que presidiera la Mesa y dejara fuera al PRD, ya que les tocaría el espacio por la edad de su coordinador, Jorge Gaviño.
Como quien dice, a los de Morena les salió el PRD que llevan dentro y usaron triquiñuelas para avasallar a la oposición y dejar en claro que harán valer su mayoría todas las veces que sea necesario, porque el poder les corresponde.
Durante siete legislaturas de la extinta Asamblea Legislativa del Distrito Federal se le cuestionó al PRD su ambición vulgar para siempre apoderarse del control total del órgano legislativo, y eso conllevó a muchas prácticas de corrupción y graves daños a la CdMx, sobre todo en materia de desarrollo urbano.
Preocupa que en Morena estén pensando en el poder por el poder y no en el para qué quieren el poder. Por supuesto, han usado varios argumentos para justificar sus tropelías, pero ninguno ha sido suficiente.
El segundo claroscuro fue crear la figura de “Asociaciones” a nivel parlamentario, para darle vida al Partido Encuentro Social, que no alcanzó el registro a nivel nacional y menos en lo local, por representar una agenda “retrógrada”, que va contra las libertades conquistadas en la CdMx.
El objetivo de fondo es tener una mayoría calificada para modificar la primera Constitución de la Ciudad de México a su antojo.
Para lograr esa mayoría incluso se valieron de la adquisición de la diputada del PRI Leonor Gómez para engrosar las filas de sus aliados del PT, y la alianza de facto con la franquicia del Partido Verde Ecologista de México que se vende al mejor postor o a la mayoría en turno.
El lance es muy costoso a nivel político, porque son equipos políticos que no están a la altura de los ideales de Morena, ya que van contra sus postulados de la austeridad, si no, pregúntenle a la diputada del Verde Alessandra Rojo de la Vega, quien en su toma de protesta presumió en redes sociales su “outfit” creado por su cuñada diseñadora. La frivolidad en el mundo de la austeridad. Ese es quizá el principio de una serie de contradicciones de Morena que veremos a lo largo de la primera legislatura.
Lo que vale la pena resaltar en la llegada del nuevo Congreso fue la creación de dos comisiones ordinarias para atender temas de coyuntura y relevancia. La primera es la de Atención a Víctimas, y la segunda es la de Protección a Periodistas.
La mano que estuvo detrás de la creación de esas comisiones fue la de José Luis Rodríguez, que viene con mucho ímpetu, y aunque ya encontró obstáculos al interior de su bancad, mantiene la altura de miras para legislar en pro de los capitalinos.
Al cierre de esta edición Morena ya había decidido también las comisiones que presidirá. Como era de esperarse, se llevaron todas las de trascendencia, y las de menor impacto las mandaron a la pequeña oposición, que ya no ve lo duro sino lo tupido.
De ese acuerdo resalta que le pagaron muy bien a los leales a Ricardo Monreal como Nazario Norberto, al darle la comisión de Puntos Constitucionales e Iniciativas Ciudadanas, o y Esperanza Villalobos, la de Reconstrucción.
Veremos si Morena se reivindica y forma un parlamento abierto o todo queda en mera pirotecnia.
NOCAUT.- Vaya izquierdazo que le acomodaron al PRD al quitarle Coyoacán, una de las dos alcaldías que logró ganar en las pasadas elecciones. Se avecina una nueva contienda. ¡Hay tiro!
