Por Luis Eduardo Velázquez
@CapitalMX_ / @LuisVelazquezC
En el primer Congreso de Morena de la Capital CDMX se avizoran por lo menos cinco corrientes del partido que van a disputar el poder y construirán hacia 2021. De su cohesión o diferendos dependerá que en el primer Congreso de la CdMx se sepulten las malas prácticas que han prevalecido en siete legislaturas de la ALDF.
El primer grupo es el de los candidatos reclutados por Andrés Manuel López Beltrán, la mayoría de ellos fueron cuadros de la Izquierda Democrática Nacional del PRD, y los leales a Claudia Sheinbaum como Rigoberto Salgado. Ellos representan la mayoría, pero eso no alcanzó para que mantuvieran la coordinación del grupo ante la inminente salida de Alejandro Encina.
El segundo grupo con fuerza es el de Martí Batres, quien logró sumar cinco diputados locales, todos los que ganaron en Gustavo A. Madero más su hermana Valentina Batres, a los cuales coordinará desde el Senado para mantener y expandir su red de poder en la CdMx.
El tercer grupo es el de Ricardo Monreal, quien logró tener dos diputados orgánicos, pero amenaza con crecer su bancada ahora que ha sido encumbrado en el Senado como coordinador de Morena; su afilado colmillo le permitirá hacer de las suyas en la CdMx para que su alfil Néstor Núñez, alcalde electo en Cuauhtémoc, no sea castigado presupuestalmente en el Congreso local.
El cuarto grupo es el de Clara Brugada, alcaldesa electa en Iztapalapa, que logró la coordinación de la bancada y por ende la presidencia del primer Congreso, con su compañera Ernestina Godoy. El quinto grupo visible es el de Jesús Valencia, quien logró dos legisladores en Iztapalapa, aunque puede quedar subordinado al grupo mayoritario que va alineado a Sheinbaum.
También hay perfiles independientes, como José Luis Rodríguez y Carlos Castillo, quienes son una nueva generación que viene con empuje. Sin embargo, lo que queda claro es que en Morena las decisiones siguen siendo verticales y nadie se mueve sin instrucción; ya veremos su desenvolvimiento cuando entren en acción y en el reparto de espacios de poder del Congreso capitalino.
Constitución Federal
En la Cámara de Diputados, Dolores Padierna se perfila para controlar al grupo, pues ha hecho una sólida carrera al margen de su esposo René Bejarano.
López Obrador evitó sugerir coordinador en el órgano legislativo porque ahí está Porfirio Muñoz Ledo, a quien nadie puede rebatirle que tiene el perfil más alto. No obstante, hay un acuerdo previo para que Muñoz Ledo sea el presidente de la Mesa Directiva en el primer año y el 1 de diciembre próximo regale la estampa histórica de ponerle a López Obrador la banda presidencial. Así, Padierna asumiría el mando del grupo parlamentario sin quitarle protagonismo a Don Porfirio.
La escena para Muñoz Ledo es un sueño que abrió en 1988, pero que no estaría cerrando bien si no logra impulsar una nueva Constitución federal. Las condiciones están dadas para lograr la transición democrática en México.
A propósito de Padierna, hay que poner ojo a la bancada que aglutinará junto con Bejarano, quien trae un número de 20 a 30 legisladores, casi lo que representa el PRD por sí solo.
Bejarano traía la intención de hacer un partido político local e incluso nacional, pero ahora parece que medirá los tiempos y revivirá su fuerza en su próxima convención nacional. Por ahora sólo siguen sus sagradas “misas” de los martes, y eso es señal de que van por la reorientación de su Movimiento Nacional por la Esperanza.
NOCAUT. A Armando Quintero, alcalde electo en Iztacalco, ya se le ve muy activo reviviendo su fuerza con personajes como Gilberto Ensástiga. Después de recibir mucho castigo en el PRD, parece que Quintero busca tomar fuerza para entrar al próximo asalto con sus antiguos aliados.
Periodista especializado en asuntos político-electorales de la CDMX; director del diario digital Capital CDMX.
