En lo que podría entenderse como un abierto coqueteo hacia la ultraderecha, Alejandra Barrales se pronunció ayer, ante estudiantes de periodismo de la capital, en contra de la legalización de la mariguana para fines lúdicos.
No es criticable que la candidata de la coalición Por la Ciudad de México al Frente a la Jefatura de Gobierno esté en contra de esa medida, pero choca frontalmente con lo que un amplio sector no sólo del perredismo, sino de la comunidad está pidiendo.
La legalización de la mariguana ha sido parte de la agenda del sol azteca, que en la CDMX ha impulsado y sacado adelante temas tan controversiales como la legalización del aborto y las bodas y adopciones gay, entre otras cosas.
La declaración de Alejandra llama poderosamente la atención, pues hasta ahora se había mantenido en favor de seguir impulsando una ciudad de libertades y aunque ella no apostaba por la legalización de la mariguana, su partido sí.
Incluso su compañero Fernando Belaunzarán encabezó como diputado una iniciativa para legalizar la producción, distribución y venta de la hierba verde, argumentando, incluso, que se trataba de un problema de salud y que además, con ello, se atacaría al narcotráfico.
Que se le pegaría a las finanzas de los cárteles, se les haría justicia a consumidores que fueron apresados y se cuidaría que los adictos —de los cuales se tendría un padrón— no fueran víctimas de la venta de productos de mala calidad.
Conste que no es que Alejandra tenga que estar de acuerdo necesariamente con ello, pero sí llama la atención que vaya contra una agenda de su partido justamente ahora que el priista Mikel Arriola está jalando las simpatías de panistas y de ultraderechistas.
Y como Barrales es candidata del PRD, Movimiento Ciudadano y PAN, eso pudiera interpretarse como un guiño a los conservadores azules que ponen el grito en el cielo ante las iniciativas amarillas. Casualmente es lo mismo que Ricardo Anayadijo en el debate.
El problema para la candidata frentista es que, si bien su posición le podría dar algunos votos panistas, seguramente causará el enojo de sus propios compañeros de partido que no comparten las ideas conservadoras de sus socios.
Desde el inicio, ése ha sido uno de los principales problemas de las candidaturas del Frente, donde no han podido encontrar un discurso que lo mismo abarque a militantes del PAN que del PRD.
La razón es muy simple: aunque mucho insistan en que más que marcar sus diferencias de lo que se trata es de encontrar coincidencias, la verdad es que siempre han sido como el agua y el aceite y está en chino cambiar esa percepción. Lo mismo pasa entre Morena y el PES, sólo que allá sí hay una palabra única que hace que todos acepten los designios del líder; aquí nomás no.
CENTAVITOS… Nada más faltaba que Armando Quintero, candidato de Morena en Iztacalco y extitular de Semovi con un hermano líder de taxis pirata en Magdalena Contreras, acusara al gobierno capitalino de querer hacer negocio con la implementación de taxímetros digitales. Qué desfachatez que alguien que promovió la corrupción precisamente en el transporte público concesionado grite ahora “foul” dizque para defender al gremio… o mantenerlo en la ilegalidad… En su demanda se hace acompañar del exresponsable de Casitas del Sur, Arnulfo Cravioto, diputado local que lo único que hace es tratar de colgarse de las ocurrencias de sus compañeros, porque él no es capaz de crear algo propio. En todo caso, a estos dos se les podría aplicar eso de “los burros hablando de orejas”.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/coquetea-barrales-a-panistas/1240619
