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CRIANDO CUERVOS / El coordinador abandonado

Con la llegada de la belicosa sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) al escenario político-legislativo se abrieron varios frentes a Delgado.

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Javier Ramírez

Las últimas dos semanas de marzo fueron para Mario Delgado, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputado, de un completo abandono de parte de sus propios compañeros y autoridades, tanto federales como locales, que debieron acompañarlo para sacar adelante su trabajo como legislador.

Con la llegada de la belicosa sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) al escenario político-legislativo se abrieron varios frentes a Delgado.

Por un lado tiene a su jefe político en Palacio Nacional mandándole señales de complacer a los maestros, pero al mismo tiempo la oposición, con la cual tiene construido un consenso para la aprobación de la reforma no está dispuesta a ceder de más con el magisterio disidente.

Y por si fuera poco, en medio de ello, los gobiernos federal y capitalino han hecho nada para enviar fuerza pública, no a reprimir, sino a permitir y garantizar la entrada del personal y legisladores al recinto, y con ello apoyar a Delgado en sacar adelante la reforma.

Un puñado de no más de 500 maestros fue suficiente para cerrar las ocho puertas de la Cámara de Diputados, e impedir que avanzara la aprobación del dictamen.

De parte del presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo nunca medió una petición formal para salvaguardar el ingreso al recinto y proseguir con los trabajos.

Si acaso lanzó una advertencia a los maestros: si impiden la nueva reforma, quedará vigente la de Peña Nieto.

Pero al líder de los diputado federales de Morena lo abandonaron a su suerte.

Esas semanas debieron ser de pesadilla para él, una mañana daba aviso de la discusión y votación en comisiones de la reforma educativa, y al otro día se suspendía el encuentro.

Durante los bloqueos de la CNTE que obligaron a los coordinadores del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano a negociar en un restaurante, todos llegaban y permanecían acompañados por sus compañeros legisladores.

Delgado llegaba sólo, apenas a su lado su personal de prensa, y eso sólo para tomar registro de las entrevistas que pudiera dar en sus trayectos.

Pero de diputados, nadie, sólo llegaba, y sólo se iba.

Apenas la presidenta de la Comisión de Educación, Adela Piña, acudía con él a las reuniones en la Secretaría de Educación Pública que realizaban con la CNTE, y eso porque su ausencia sería una mala señal, y se arriesgaba a ser duramente cuestionada por no asistir.

Delgado salía a medios y explicaba los avances logrados en la reforma, el camino recorrido para llegar al dictamen final en el que se escuchó a ciudadanos, a diputados, maestros, padres de familia y organizaciones de sociedad civil; y cuatro diputados de Morena le votaron en abstención, y tres en contra, tan sólo en comisiones.

Diputados que no se dejan coordinar, compañeros legisladores que no respaldan, y autoridades amigas que no apoyan, ese fue el panorama de Delgado durante 15 días con la reforma educativa, y todavía falta su llegada al pleno de la Asamblea.

Piquete de ojos

Casi 36 horas pasaron para que el canciller Marcelo Ebrard dijera pío en relación con el lamentable episodio de la disculpa pedida por el Presidente López Obrador al rey de España y al Vaticano, por los abusos cometidos como consecuencia de la Conquista.

Y ese pío fue apenas un mensaje vía Twitter de quien se hubiese esperado una ferviente y sustentada defensa de los motivos por los cuales el jefe del Ejecutivo Federal tuvo tan locuaz decisión.

Las horas de silencio de Ebrard fueron más que elocuentes de lo que significó para la Cancillería la famosa petición de disculpa y será muy poco convincente que salga con que no tenía señal en su celular, o estaba muy ocupado con los diversos temas bajo su responsabilidad.

Desde que era Jefe de Gobierno, a Ebrard le gustaba manejar él mismo sus cuentas en redes sociales, se daba tiempo de tomar fotos, videos y escribir mensajes en tiempo real.

Es el autor de la famoso #tenemossismo que escribía apenas momentos después de un evento telúrico.

Pero este sismo que provocó su jefe no debió tomarlo por sorpresa como los otros que tuiteaba, quizá por ello se tomó su tiempo para evaluar la situación, y no salir corriendo, aunque otros piensan que si tardó tanto en salir fue porque no lograba recuperar la calma, ya que por Avenida Juárez se sintió como un terremoto con epicentro en Palacio Nacional.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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