Recién había pasado la elección del 1 de julio y ante los resultados avasalladores a favor de Morena, aunque preliminares todos, se comenzó a hablar del posible resurgimiento de un partido hegemónico.
Desde entonces, particularmente desde la instalación de Congreso de la Unión y del primer Congreso en la Ciudad de México, Morena y los líderes de sus fracciones descartaron erigirse como el nuevo partido supremo.
Nada de aplanadoras legislativas, nada de avasallamientos, ni mayorías aplastantes, expresaron en el ámbito local y federal los morenistas.
Dice el refrán y dice bien: del dicho al hecho, hay un trecho.
El actuar de los legisladores de Morena en las cámaras legislativas que se han instalado, la federal y la de la Ciudad de México en particular, ha sido tiránico, despótico y abusivo, salvo el caso de Hidalgo, donde se toparon con un gobernador auto asumido como monarca y dispuesto a cualquier maniobra para impedir la pérdida de su feudo.
En la capital, Morena actuó con supremacía y nada le importó lo que pudieran decir los demás partidos o la sociedad, y quedó ya marcado el primer Congreso con sus sucias maniobras para burlarse de la ley y quedarse con la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política.
Lo lamentable es ver cómo diputados con la trayectoria de Jesús Martín del Campo Castañeda, quien alguna vez militó en el PRD, se presten a las negociaciones truculentas y lo mismo les dé estar en Morena que en el Partido del Trabajo o Encuentro Social.
No importa la doctrina ni los principios del partido, importa estar dentro de la coalición Juntos Haremos Historia, y así lo demostró la ahora ex priista Leonor Gómez, quien pasó a engrosar las filas del PT en el Congreso capitalino.
Y sí, están haciendo historia, una que ya habíamos visto con el Revolucionario Institucional, cuando era el partidazo y todos sucumbían ante él y los designios del Presidente.
Y sí, por más que digan que no aplanarán a los demás partidos, ni “se las aplicarán” con mayoriteos, todo apunta a que estamos presenciando los prolegómenos del regreso del partido supremo.
Tarjeta amarilla para Negrete y Toledo
El fin de semana se dio a conocer la resolución de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que resolvió la anulación de la elección para la alcaldía de Coyoacán, que había ganado el ex futbolista Manuel Negrete.
La causa es el uso electoral de recursos públicos y la violencia política de género contra la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia, la actriz María Rojo.
El PRD no cederá Coyoacán sin pelear primero en la Sala superior, máximo órgano electoral en el país; de prevalecer la nulidad, habrá que reponer la elección a la alcaldía, y más allá de que prevalezca la legalidad, malos tiempos de avecinan para los coyoacanenses.
Si llegara a ganar María Rojo, algo de lo que no tienen la certeza ni en su equipo, el ex jefe delegacional y ahora diputado federal Mauricio Toledo le hará imposible la gestión a la actriz. Eso, sin considerar que la administración que ya alguna vez hizo Rojo en Coyoacán fue más para el olvido que para volverla a poner al frente de esa demarcación.
Si repitiera el triunfo el ex seleccionado de futbol, nada cambiará en Coyoacán y las soluciones a los problemas seguirían sin llegar.
En ambos casos, quienes pierden son los habitantes de ese territorio, que están, literal, en medio de fuego cruzado.
Arranca Atayde el show en PAN CDMX
El ex diputado local Andrés Atayde por fin hizo pública su intención de prolongar el dominio anayista en el PAN capitalino.
Presentó su carta de aspiración para dirigir a los azules en la Ciudad de México apenas el jueves, y para el domingo ya llevó su primera tanda de firmas de apoyo.
¿Presencian los panistas a un aspirante de eficiencia inaudita o será que, como en el caso de Marko Cortés para la dirigencia nacional, tiene todo el apoyo de los actuales gerentes de Acción Nacional y hasta el padrón interno obtuvo por adelantado?
A ver qué dicen Miguel Ángel Barrera Reyes y Jacobo Bonilla Cedillo, sus contrincantes, hasta el momento, para la elección interna.
