Javier Ramírez
Hoy, en sesión extraordinaria, el pleno de la Cámara de Diputados dará su opinión acerca del Plan Nacional de Desarrollo (PND) que presentó el Ejecutivo Federal al Poder Legislativo.
El bloque gobernante, encabezado por Morena, y sus rémoras del Partido del Trabajo, y Encuentro Social, han machacado prácticamente hasta la náusea el “hecho histórico” de que el Presidente haya enviado el documento para la revisión de los diputados.
Festinan aquí y allá los parlamentos abiertos para lo que llaman pomposamente “la discusión y el análisis” del Plan Nacional de Desarrollo.
Pero lo que no pregonan es que por más comentarios, sugerencias, observaciones, reclamos, y buenas o malas intenciones hacia el PND, éstas de poco o nada servirán.
Lo único a lo que están facultados los diputados, es a decir, sí, o no, se apega a la Ley de Planeación, y hacer observaciones.
Fuera de eso no pueden hacerle modificaciones, o detener su implementación; pueden, eso sí, regresárselo al Ejecutivo Federal y decirle dónde no cumple con la legislación, y éste tendría que enviar una nueva versión.
Pero seamos realistas, ¿Qué probabilidades hay de que ello ocurra, si desde el coordinador de Morena en San Lázaro, Mario Delgado y todos los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia se la han pasado diciendo que el plan de su jefe máximo es el fundamento de la 4T?
Sin embargo, la crítica al desarrollo que pretende la administración federal no ha cesado desde el 30 de abril, fecha en que se les hizo llegar el Plan a los diputados.
La semana pasada, la Coparmex en reunión con la Junta de Coordinación Política fue contundente: el Plan Nacional de Desarrollo no es más que un catálogo de buenas intenciones que no sabe cómo van a concretarlo.
“No señala acciones y metas concretas, no son claras, es un listado de buenos deseos, pero creo que México merece más que esto”, expresó Juan de Dios Barba Nava, presidente de la comisión para el Desarrollo Democrático de Coparmex.
En el mejor de los casos, continuó, podría considerarse un anteproyecto, que es bastante mejorable, y al que tendrían que incorporársele las propuestas de otros sectores.
Tanto Barba Nava, como los dirigentes de la Concamin-Servytur y del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) quienes también acudieron a la reunión con los coordinadores de los partidos en San Lázaro lanzaron una alerta acerca de la austeridad.
Coincidieron en que es necesario un gobierno menos obeso, y más eficiente, o al menos, igual de eficiente que antes, pero que no represente un gasto corriente considerable.
Pero también hubo coincidencia en que esa austeridad no lleve al gobierno federal a la inoperancia en aras del ahorro, y lo vuelva ineficiente e ineficaz.
Y el presidente de la CNA, Bosco de la Vega, puso el dedo en la herida, y presionó: “nos preocupa mucho ese memorándum del nuevo gobierno sobre la austeridad”.
“Sabemos que nuestros funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Secretaría de Economía no han podido salir al extranjero, porque necesitan el permiso presidencial.
“Casos específicos para atender el tema del tomate, nos preocupa que por austeridad se perdió alrededor del 70 por ciento de nuestros negociadores internacionales, son gente clave, jóvenes muy talentosos, pero ya no los tenemos”, dijo De la Vega.
Todo apunta a que el PND será aprobado por la coalición mayoritaria tal y cómo lo mandó el Presidente López Obrador, lo sorprendente sería lo contrario.
A partir de ese documento, de apenas 65 páginas, se cimentará el desarrollo del país en este sexenio, y no por nada las expectativas de crecimiento han ido a la baja hasta llegar, la última, a 1.3 por ciento, muy por debajo del 4 por ciento prometido.
Piquete de ojos
A no pocos ambientalistas se les erizó el cabello cuando el jueves, en Chiapas, finalmente arrancó el programa Sembrando Vida.
La preocupación radica en que por más benéfico que parezca la siembra de miles de árboles, esto debe hacer, primero, respetando las normas locales y federales en la materia, y segundo, bajo estrictos criterios científicos.
Y ambas puntos, son cosas que al Presidente, le tienen sin cuidado.
Desde la propia Semarnat, les han llegado desesperados avisos de que el programa Sembrando Vida, “está hecho con las patas”, y pondrá en riesgo ecosistemas completos por introducir especies no adecuadas para las zonas que se pretende reforestar.
