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CRIANDO CUERVOS / La Guardia divide al PRD… y a Morena

Esta semana es crucial para los morenos, pues muy probablemente  habrán sacado adelante un nuevo periodo extraordinario que abruptamente clausuraron el miércoles de la semana pasada, y al mismo tiempo tejer fino, otra vez, para lograr consenso, dentro y fuera de su partido, para votar el transitorio que quiere el Presidente.

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Javier Ramírez

La primera víctima de la Guardia Nacional ha ocurrido no en un operativo, detención o lucha contra la delincuencia.

Vamos, ni siquiera fue por disparo de arma de fuego; fue una ejecución política y fue a la izquierda en el Poder Legislativo.

La noche que se votaron en la Cámara de Diputados las modificaciones a nueve artículos de la Constitución para crear la Guardia Nacional, en ese momento quedó completamente dividido el PRD.

Para estas alturas ya sólo queda morbo por saber el tipo de sanción que tendrán los diputados que aún militan en el sol azteca, porque no todos en esa bancada eran miembros activos, y que le dieron la espalda a su coordinador, Ricardo Gallardo.

Pero la bomba que resultó la aprobación de la Guardia Nacional no sólo detonó en el perredismo, también hubo una carga de profundidad descargada en Morena, una que estalló al día siguiente, y cuyos daños aún están por conocerse.

Porque el voto en abstención de la mismísima vice coordinadora de los morenos en San Lázaro, Tatiana Clouthier, junto con otros dos diputados, es apenas el inicio, quizá, de una revolución en la granja legislativa de Morena.

El coordinador de los diputados morenos, Mario Delgado, no tiene problema, hoy puede defender una cosa y mañana lo contrario, si su jefe, el Presidente de la República, se lo pide de buena o mala gana.

Todo sea por la candidatura que anhela para la jefatura de Gobierno dentro de seis años.

Pero entre los diputados que supuestamente coordina, hay algunos que todavía tienen dignidad y se sostienen en que el dictamen que aprobaron es el correcto y es la mejor opción para el país en materia de seguridad pública.

En público y en privado hay algunos que dicen que está bien que López Obrador tenga su opinión sobre el dictamen aprobado, pero ellos son un poder autónomo y tomaron su decisión.

Ellos se sumarían a los que votaron en abstención, que además de Clouthier, son Lidia García Anaya, y Hugo Ruiz Lustre, por Morena, y el hijo de Lupita D’Alessio, Enrique Vargas Contreras, de Encuentro Social.

Esta semana es crucial para los morenos, pues muy probablemente  habrán sacado adelante un nuevo periodo extraordinario que abruptamente clausuraron el miércoles de la semana pasada, y al mismo tiempo tejer fino, otra vez, para lograr consenso, dentro y fuera de su partido, para votar el transitorio que quiere el Presidente.

La eliminación de ese transitorio todo mundo se lo endosó a Pablo Gómez, que esquivo, reviró un “no fui yo, fuimos todos”, pero el experimentando y soberbio diputado, no aceptará un reclamo de su coordinador, si acaso, tal vez, del propio Presidente.

Ahora él, y Mario Delgado, tendrán que recoger el tiradero que les ha dejado la aprobación del dictamen de la Guardia Nacional, y está por verse si su bancada les sigue sin chistar.

Ya sea en extraordinario, o en periodo ordinario, se discutirá ese transitorio que quiere AMLO, -no todo el dictamen-, y que significa, ni más ni menos, que legalizar la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad.

Y al igual que con el dictamen completo, necesitarán del PRI para que pase, falta conocer qué tan caro venderá su amor el tricolor.

Piquete de ojos

El miércoles en San Lázaro, en plena discusión de las reservas a las reformas para crear la Guardia Nacional, -y que los morenos no aprobaron ni la de su propia vice coordinadora Clouthier-, comenzó a correr el rumor de la clausura del periodo extraordinario.

El dicho no tenía mayor trascendencia, salvo que estaba programada la discusión y aprobación de la minuta del artículo 19 enviada por el Senado.

Ésta contenía la inclusión de tres delitos para catalogarlos como graves para que quienes los cometieran recibieran presión preventiva oficiosa, y que son el robo de combustible, la corrupción y los delitos electorales.

La versión más extendida era que el PRI pidió cerrar el periodo extraordinario, dejar fuera la reforma al artículo 19, y que se mandará su discusión, si acaso, hasta el periodo ordinario.

De ser cierta esa negociación, ¿cuál de esos tres delitos quiere el tricolor que no sea grave, acaso el huachicoleo por quienes lo solapan y acaso participan; la corrupción para que nadie del sexenio pasado tenga problemas, o los delitos electorales, por lo que se pueda ofrecer?

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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