El martes pasado la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México hizo saber a los capitalinos sobre un nuevo acuerdo, ahora con los alemanes, para que la Agencia de Energía de Berlín trabaje en estrategias para la reducción de emisiones de bióxido de carbono equivalentes que se generan en edificios públicos. La esencia del convenio es incuestionable, nadie podría criticar que se intente bajar las emisiones, provengan de donde sea y las emita quien sea.
Lo que sí es sumamente cuestionable y que será una de las marcas y deudas que deja la administración del ahora senador Miguel Ángel Mancera Espinosa, son los pocos y quizá nulos avances en proyectos a favor del medio ambiente.
En 2013, Mancera presentó por primera vez el proyecto de secuestro de biogás proveniente del ex relleno sanitario Bordo Poniente.
Era tan ambicioso el plan y como se empataba con el proyecto del Nuevo Aeropuerto, que incluso se pensó que podría ser el principal abastecedor de energía eléctrica para la terminal aérea de Texcoco.
Pero en cuatro años nada pudo avanzar la empresa Sistemas Eléctricos Metropolitanos -creada para llevar a cabo el proyecto-, luego de adjudicarse la licitación por medio de un consorcio de compañías.
Y ante la falta de apoyo por parte del gobierno capitalino, poco faltó para que el asunto se dirimiera en tribunales; llegó el 2017 y lograron un arreglo, y para abril de ese año el ex Jefe de Gobierno se atrevió a presentar por segunda vez el proyecto.
Y en esa ocasión, hace 17 meses, Mancera osó declarar que la gestión de los residuos sólidos en la Capital sería sin duda el legado de su administración. El Bordo Poniente es considerado el pasivo ambiental por residuos sólidos más grande de la Ciudad de México, y en cumplimiento a un acuerdo con el gobierno federal, en diciembre de 2011 lo cerró definitivamente Marcelo Ebrard.
El descaro de la administración mancerista es tal que cuando relanzaron el proyecto de biogás, ya se habían liberado en esos cuatro años que llevaban de tardanza al menos 16.1 millones de toneladas de CO2 equivalente, según el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero publicado por la Secretaría de Medio Ambiente.
Sistemas Eléctricos Metropolitanos estaba a la espera de lograr que la entonces Asamblea Legislativa autorizara qué partidas federales de recursos quedarán en garantía de pago y así ellos obtener el financiamiento bancario necesario.
Nada pasó, el biogás terminó por escaparse a la atmósfera y contribuir al calentamiento global.
Pero ahora, una vez más lanzan otra intentona por lavarse la cara y presentar proyectos que, aunque loables, de poco ayudan a mejorar el aire que se respira en la zona metropolitana del Valle de México.
La UNAM lleva a cabo varias investigaciones relacionadas con la calidad del aire, y en particular hay una que busca establecer el nivel de exposición a contaminantes que tienen los ciclistas urbanos en la capital.
De confirmarse lo que hipotéticamente se presume, que tienen una alta exposición a elementos nocivos provenientes de la combustión de gasolinas y diésel que ponen en riesgo su salud, será interesante conocer la reacción de las autoridades.
El impulso que dan al uso de la bicicleta como medio alternativo de movilidad en la Ciudad será equivalente a poner en riesgo la salud de quienes así decida hacerlo.
Como agua para chocolate en el PAN
Con la decisión de la Comisión Nacional de Elección del CEN panista de no modificar la convocatoria original, la temperatura sube entre los blanquiazules en la lucha interna por dirigir a ese partido.
Todo se alinea para que haya una elección a modo que beneficie al ex diputado Marko Cortés y con ello continúe el dominio anayista.
Habrá que esperar si los fallos definitivos de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en los casos de las alcaldías de Monterrey, Guadalupe, Querétaro y Huimilpan, y por supuesto el recuento de votos en Puebla, impactan en el ánimo de los panistas al momento de elegir a su nuevo líder nacional.
