Javier Ramírez
La caravana migrante estará arribando entre hoy y el viernes a la Ciudad de México, según los cálculos de los coordinadores de la organización Pueblos sin Fronteras, quienes están organizando el movimiento.
De ser así habrán pasado ya por Chiapas, Oaxaca, y Puebla sin que las autoridades mexicanas hayan podido impedirles el paso.
Por el Río Suchiate y hasta Tapachula llegaron alrededor de 7 mil centroamericanos, la mayoría de Honduras, aunque también de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Cien kilómetros después ya eran 5 mil, tras la salida de la Capital, seguramente será otro tanto menos.
¿Qué ha pasado con quienes han dejado de seguir con ellos?
Según las autoridades hondureñas, los primeros días mil de sus connacionales decidieron regresar por cuenta propia a su país.
Y según estimaciones de la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) otro millar estaría en el trámite para obtener la protección consular de México.
El resto comenzará a desperdigarse a partir de su llegada a la Ciudad de México, y una vez que ya han alcanzado el bajío y el norte de la República.
Incluso la mayoría de los migrantes ignoran que su viaje será la mitad en ferrocarril, en ese tren llamado La Bestia que atraviesa México y llega hasta Tijuana.
Los organizadores de Pueblos sin Fronteras mantienen reservada la ruta para el grueso de la caravana.
Sin embargo, es prácticamente un hecho que después de la Ciudad de México continúen por Querétaro, Guanajuato, Guadalajara, que serán estados y ciudades en las que intentarán establecerse otros miles de centroamericanos.
De Jalisco llegará a la costa nayarita y continuarán por tren los hombres, y en autobuses mujeres, niños y familias, al menos ese es el plan hasta el momento.
La previsión de Pueblos sin Fronteras es que hasta la frontera México – Estados Unidos no llegarán más de mil personas, con ellas intentarán que el movimiento escale de nuevo en los medios de comunicación.
Para entonces, el objetivo primordial de la movilización ya se habrá cumplido: lograr que la mayor parte de ellos hayan llegado hasta el centro del país, y de ahí, cada quien va por su cuenta en la búsqueda de algo mejor de lo que tenían en sus países.
El plus habrá sido, si lo consiguen, la obtención de visados permanentes o renovables cada 12 meses sin un límite de tiempo para su vencimiento.
En este punto, las negociaciones habrán tenido que pasar por quienes encabezarán el próximo gobierno federal, pues en el actual el asunto está atorado, de aprobarse, habrá tenido que consensuarse con los próximos funcionarios federales.
Pueblos sin Fronteras sostiene que su fin no es otro que ayudar a las personas migrantes que buscan mejores oportunidades de vida, sin embargo, esta movilización les ha dado un poder y a muchos un liderazgo que al parecer tendrán que procesar.
La posición que tienen es fuerte, particularmente por la cantidad de gente que se movilizó en esta ocasión, y por la alta probabilidad de que más centroamericanos continúen abandonando sus países hasta convertir el movimiento en un verdadero éxodo desde el centro del continente.
Las alertas deben de estar encendidas a varios niveles de varias áreas del actual gobierno y del que encabezará Andrés Manuel López Obrador, la razón, es que efectivamente se están desplazando junto con la caravana, miembros de pandillas centroamericanas.
En qué cantidad no hay claridad al respecto. Algunas versiones dentro de los propios migrantes señalan algunas decenas, contra otros que calculan hasta cientos.
Se mueven discretos, evitan las plazas públicas y llegan a descansar a hoteles, tienen recursos suficientes para moverse a placer dentro del país, pero usan el movimiento migratorio para lograr avanzar sin dificultades.
Su objetivo de trasladarse a México parece que va más allá de expandir sus redes criminales, de por sí ya enquistadas en la frontera sur, pues algunas versiones señalan que varios de ellos viajan en compañía de esposas e hijos.
Pero el gobierno federal decidió ser omiso en todos los aspectos y algunos le estallarán en las manos.
Falta que la campaña de ACNUR comience a dar resultados; en Huixtla, las autoridades sanitarias detectaron al menos una treintena de mujeres embarazadas, y de ellas un tercio están en las últimas semanas de gestación, sólo por mencionar un par más.
