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Investigación

CRIANDO CUERVOS / Olga, el amor y el desamor

Alguien por favor que le recuerde y subraye a la secretaria Sánchez Cordero que los diputados y los funcionarios federales forman parte de dos poderes distintos, que son autónomos y que no debe de tratarlos como si estuvieran a las órdenes y disposición del Presidente López Obrador.

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Javier Ramírez

Si a alguien le quedaba duda de la división dentro de Morena, y en particular en el bancada de los diputados federales, basta con darle una leída el mensaje que dio la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero el miércoles de la semana pasada allá en San Lázaro.

Ese día inició la plenaria de los morenos, que no es otra cosa que la reunión de todos los legisladores para revisar los temas que están pendientes en su agenda y saber cómo los abordarán a lo largo de este periodo de sesiones que arrancó el primero de febrero.

De inicio, un dato revelador, el encuentro se hizo en el auditorio Aurora Jiménez de la Cámara de Diputados que tiene una capacidad para 300 personas, es decir, debió estar lleno a poco más de dos terceras partes con los 258 diputados de Morena.

Doña Olga empezó su discurso y los diputados presentes no llenaban ni la mitad.

La secretaria llegó preguntando por Porfirio Muñoz Ledo, el presidente de la Mesa Directiva, quien no estaba presente, y quien debido a su edad, quizá era comprensible que no llegara, o al menos no lo hiciera temprano, pues es de todos sabido que la sesiones en el pleno lo agotan y no logra conducirlas en su totalidad.

El detalle en esta ocasión era que el experimentado diputado había presentado, un día antes, una agenda legislativa paralela en la que pedía a sus compañeros de Morena y de los demás partidos, a concretar la reforma al Congreso de la Unión.

La secretaria de Gobernación le mandó saludos y luego hizo un breve análisis del trabajo de sus compañeros de partido en los 115 días del primer periodo ordinario, posteriormente les planteó lo que “vamos a hacer en este periodo” que viene.

Alguien por favor que le recuerde y subraye a la secretaria Sánchez Cordero que los diputados y los funcionarios federales forman parte de dos poderes distintos, que son autónomos y que no debe de tratarlos como si estuvieran a las órdenes y disposición del Presidente López Obrador.

Sí, siempre ha sido así, con el PRI de toda la vida sus diputados era levantadedos, y con los 12 años de panismo fue lo mismo, pero la crítica es: qué no las cosas iban a cambiar, qué no este gobierno iba a ser diferente.

Luego, Sánchez  Cordero les recordó que si estaban ahí, no era por sus liderazgos, el trabajo en sus distritos y mucho menos por sus lindos rostros, sino por la fuerza y la ola lopezobradorista que arrasó como un tsunami en las elecciones de julio pasado.

Y como si hubieran eran hecho un juramente ante su mesías, la encargada de la política interna les recordó que el primero de abril del año pasado, cuando iniciaron campaña para las diputaciones, “ese día ustedes hicieron un compromiso con Andrés Manuel López Obrador y con nuestro movimiento”, así o más claro.

Poco le faltó para que les dijera que por favor nada de andar con ocurrencias de querer legislar, o de hacerles modificaciones a las propuestas llegadas desde el Ejecutivo Federal; no se los dijo, pero se los dio a entender.

“Son muchas las iniciativas de reforma legal que el pueblo demanda, pero también es necesario que esas iniciativas reflejen y sean expresión del proyecto de gobierno, del programa de transformaciones que encabeza en Presidente de México”, les tiró línea la secretaria de Gobernación.

Y ya se vio que no hacerlo pone el status de López Obrador en no satisfecho, como cuando se aprobó el dictamen para darle paso a la creación de la Guardia Nacional.

Y aunque Doña Olga les advirtió literalmente que amor con amor se paga, a partir de este periodo de sesiones, todo apunta a que los consensos importantes y los esfuerzos del presidente de la Junta de Coordinación Política, Mario Delgado, para lograr unidad, no serán hacia los otros partidos, sino hacia el interior del mismísimo Morena, y el amor entre ellos, bien podría devenir en desamor.

Piquete de ojos

Y para tormentas en Morena, en Puebla se avecina una que puede crecer y dejar importantes daños, resulta que para la lideresa de ese partido, Yeidckol Polevnsky, el mejor perfil que tienen para la elección extraordinaria es ir de nuevo con Miguel Barbosa.

Pero cuando se le pregunta sobre algún otro candidato, como el senador Alejandro Armenta, entonces resulta que no es tiempo de destapes, así o más cargados los dados desde la dirigencia de Morena hacia Barbosa, luego que no pregunten por qué le dicen el nene consentido.

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