Javier Ramírez
Este miércoles 10 de abril según los cálculos del diputado presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Manuel Baldenebro, de discutirá y aprobará en el seno de dicha comisión la reforma laboral.
Estas modificaciones a la legislación laboral son de gran importancia para el Presidente López Obrador, quizá al mismo nivel o incluso más, que la propia creación de la Guardia Nacional.
El gabinete federal lopezobradorista sabe de la importancia que tiene para el país la ratificación del dicho acuerdo comercial, y es poco probable que Estados Unidos se niegue a firmarlo, pues no hacerlo afectaría a sus propios intereses.
Pero ponerlo de nuevo en el tablero político de aquel país, presionar a México y amagar con no ratificarlo, es una pieza que les reditúa beneficios electorales, sobre todo ahora que Trump buscará la reelección.
Tan de suma importancia es para López Obrador, que decidió no dejar en manos de sus diputados la elaboración del dictamen de reforma, pues fue la propia Secretaría del Trabajo y Previsión Social la encargada de elaborarlo y hasta programarles las fechas a los legisladores para realizar su trabajo.
Entre el 26 de febrero y el 6 de marzo se realizaron en la Cámara de Diputados audiencias públicas para supuestamente enriquecer el documento original presentado por Morena.
Sin embargo, y a pesar de que este ejercicio de Parlamento Abierto era bien visto por los diputados de todas las fuerzas políticas en San Lázaro, el presidente de la Comisión, Manuel Baldenebro, se fue por la libre y él solo puso y dispuso la manera de llevar acabo los encuentros con la sociedad civil, sin ningún respeto a las normas parlamentarias.
Pero grande fue el asombro de los integrantes de la Comisión del Trabajo y Previsión Social cuando una vez terminados los foros de consulta, jamás se les convocó para mesas de trabajo y análisis.
Pararon días y luego semanas, y seguían sin ser convocados por Baldenebro, y finalmente, hace una semana, el jueves pasado por la mañana, se les hizo llegar a los miembros de la comisión el pre dictamen para su aprobación.
Un pre dictamen que esperaban preparar ellos, pero que como ha hecho costumbre Morena en la Cámara de Diputados, apareció de la noche a la mañana sin que nadie supiera cómo ni cuándo ni quienes los prepararon, pero sí de donde vienen: el gobierno federal.
La misma táctica utilizaron en la bancada de Morena cuando el análisis y discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación, cuando sin saber cómo ni dónde, aparecieron modificaciones al PEF en sólo 24 horas.
Salvo que en esta ocasión, aparecieron dos versiones de un mismo dictamen, uno de 606 páginas que Baldenebro hizo llegar temprano a la mesa directiva de la comisión, y para la tarde surgió otro de 615 páginas.
Cómo fue que los diputados, sin haber sesionado, pudieron sacar dos dictámenes, la respuesta está en la STPS.
La oposición pidió más tiempo para analizar el pre dictamen, y quieren mandar la reforma hasta un periodo extraordinario quieren.
Este miércoles se aprobará con la mayoría de Morena, y en el pleno, -cuyo deseo es que suba este jueves 7-, no habrá problema para que la reforma laboral libre la aduana de San Lázaro, claro que con el uso de la aplanadora Morena.
Piquete de ojo
En San Lázaro, entre asesores y enlaces de las distintas secretarías de Estado estuvo circulando la semana pasada un calendario para la reforma laboral.
Nada extraordinario, sí interesante, pues se indicaba que los cambios a la legislación del trabajo debían estar listos antes del cierre del periodo ordinario el próximo 30 de abril, pues el Presidente quería presumirla el 1 de mayo, el Día del Trabajo.
El calendario no sugiere plazos, sino más bien instruye a acatarlos, y al calce del mismo, se puede leer la fuente de la programación de fechas: STPS.
La autonomía no es un concepto que se respete mucho en la cuarta transformación.
