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CRÓNICAS DE LA CIUDAD / Donceles, entre la cultura, la historia y los fantasmas

Las construcciones de esta gloriosa calle nos invitan a conocer el verdadero valor del Centro Histórico de la Ciudad de México.

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Pedro Flores

De la calle de Donceles hay mucho que hablar, desde la leyenda de la vida disipada y muerte de dos hijos de prominentes españoles, que dio origen al nombre de la calle, y los fantasmas de Esperanza Iris en su teatro, hasta la de la mujer de negro que, aseguran, deambula por las noches asustando a la gente.

Todo eso se vive en una de las calles más antiguas edificadas en la ahora Ciudad de México, que fue de las primeras en las que se asentaron los españoles. En sus diversos tramos podemos apreciar construcciones tanto civiles como religiosas de los siglos XVIII y XIX y algunas del siglo XX, como ejemplos del arte barroco, neoclásico, ecléctico.

Donceles es parte de nuestra cultura chilanga.

Aquí hay construcciones civiles y religiosas.

Se sabe que, en 1524, es decir, sólo tres años después de la rendición de Tenochtitlán, la calle de Donceles ya tenía ese nombre, por las razones antes citadas.

Es una calle eminentemente orientada a la cultura, puesto que en ella han estado instaladas importantes dependencias relacionadas con la política, educación y la cultura de nuestro país: el Colegio Nacional, la Academia de la Lengua y el edificio del Legislativo, por ejemplo.

Algunos tramos que conforman la calle de Donceles (sea pues, por cada cuadra que la avenida atraviesa) eran conocidos antes del año 1910 por los nombres siguientes: de Chavarría, de Montealegre, de Cordobanes (los artesanos de este oficio que se asentaron ahí durante el virreinato) y la Puerta Falsa de San Andrés.

Todo parece indicar que dicha calle estaba destinada a ser un centro de cultura, ya que entre sus edificios destacan el Hospital del Divino Salvador, el Teatro de la Ciudad de México (que antes fue el Teatro Esperanza Iris), y enfrente de éste el primer manicomio de la Nueva España.

Además, el edificio de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, antigua y moderna Cámara de Diputados que fue el viejo Teatro Arbeu, el Palacio de los Condes Heras y Soto, el Palacio del Marqués del Apartado, el Antiguo Colegio de Cristo y el Templo de la Enseñanza.

La historia de este edificio inicia en 1851, cuando Francisco Arbeu, un empresario de la época decidió edificar el Teatro Iturbide, destinado a ser el primer recinto de espectáculos integralmente diseñado del país. Debido a la turbulencia política de la época, la vida de dicho centro de espectáculos fue corta y rápidamente quedó en desuso.

Todo parece indicar que el viejo Teatro Arbeu estaba destinado a ser recinto legislativo; ya 20 años después, tras un incendio que devastó la Cámara de Diputados ubicada en el Palacio Nacional, se decidió trasladar temporalmente este órgano de gobierno a las instalaciones del teatro, y si bien tuvieron que hacer reparaciones, se convirtió en la Cámara baja, y después en la casa de la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal, ahora nuevamente Cámara de Diputados de la CDMX.

Otro edificio con gran leyenda, no por el burlesque que ahí se presentaba, sino por su historia, es el Teatro Esperanza Iris; el edificio actual fue construido a comienzos del siglo XX por la entonces famosa actriz y cantante mexicana Esperanza Iris (conocida como la “Reina de la opereta”) e inaugurado en el año 1918. Se sabe que en el terreno que ocupa la construcción actual ya se encontraba en pie otro recinto teatral, el cual era conocido como el Teatro Xicoténcatl.

Este recinto se llegó a consagrar como el teatro más importante de la ciudad y del país, remodelado al estilo de La Scala de Milan, con el dinero que la cantante de ópera u zarzuela enviaba para su edificación y que le sirvió de casa en sus últimos años.

Se incendió en 1984, y fue reparado hacia el año 1999 por el Gobierno de la Ciudad de México, devolviendo al lugar su antiguo esplendor. La historia señala que en el palco superior derecho del citado teatro hay que llevar un ramo de flores, porque afirman que ahí se aparece Esperanza Iris.

La calle de Donceles es muy frecuentada en nuestro tiempo, sobre todo desde mediados del siglo XX, principalmente por los estudiantes y coleccionistas, ya que aquí están ubicadas las llamadas “librerías de viejo”, que ofrecen libros antiguos y usados, ediciones descatalogadas o descontinuadas.

Incluso es posible adquirir verdaderas joyas literarias por su antigüedad y rareza, como son las obras de Vicente Quirarte, quien publicó la antología de relatos Ciudad Fantasma (Almadía, 2013), en donde recoge las mejores historias fantásticas y de terror ambientadas en la Ciudad de México, escritas por autores como Artemio de Valle-Arizpe (La Llorona), Alfonso Reyes (La Cena), José Emilio Pacheco (La Fiesta Brava), Alberto Chimal (La mujer que Camina para Atrás) e Ignacio Padilla (El Año de los Gatos Amurallados), entre otros.

Los aficionados a la fotografía también encuentran en dicha rúa todo lo que necesitan para su labor, nuevo y usado; en fin, la calle de Donceles es para disfrutarla, admirarla y recordar las grandes escenificaciones que realizaba Irma Serrano “La Tigresa” en su teatro “Fru Frú”, que la hizo famosa por sus obras de desnudos integrales que ahí presentaba.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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