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CRÓNICAS DE LA CIUDAD / ¿Jesús nació el 25 de diciembre?

Muchas teorías se han revelado en torno al origen de la Navidad; la lógica y la religiosidad no coinciden.

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Pedro Flores

Hablar del 25 de diciembre es introducirse en una historia que nunca cambiará. Para los católicos se celebra el nacimiento de Jesús el Redentor, para los ortodoxos este hecho se conmemora el 7 de enero, y para algunos historiadores, el natalicio se produjo el 20 de abril o a principios de septiembre, lo único seguro es que las primeras celebraciones del natalicio de Cristo se hicieron en el siglo IV.

La leyenda del Nacimiento de Jesús es silenciada por dos de los cuatro evangelios canónicos: el de Marcos, considerado el más antiguo, y el de Juan. Ambos inician el relato de la vida de Jesús cuando era ya adulto. Señalar el 25 de diciembre como fecha de nacimiento nos habla de que fue escogida por la Iglesia porque los cristianos querían anular la fiesta romana dedicada a glorificar al Sol.

La historia dice que mucho antes de ser consagrada por el nacimiento de Jesucristo, en esa fecha se celebraban fiestas paganas. Las saturnales romanas (fiestas dedicadas a Saturno, el dios de la agricultura) tenían lugar hacia el 25 de diciembre, lo mismo que, posteriormente, la festividad romana en honor del dios Mitra, símbolo del Sol. Estas festividades se caracterizaban por el comportamiento licencioso de sus participantes, quienes se entregaban a la juerga desenfrenada.

Ni los apóstoles de Jesús ni los primeros cristianos celebraban la Navidad. Según el diccionario del cristianismo, esta fiesta fue “instituida en Roma hacia el año 330” de nuestra era, más de dos siglos después de la muerte del último de los apóstoles. No hay prueba de que Jesús haya nacido un 25 de diciembre; de hecho, la Biblia no revela la fecha de su nacimiento.

Existen muchas teorías, pero no referencias precisas sobre su nacimiento. En los primeros tres siglos del cristianismo se señalaban como fechas del nacimiento de Jesús el 6 de enero, 25 ó 28 de marzo, y el 19 de abril.

Fue en el año 351 cuando el Papa Julio I designó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús.

¿Qué es lo que lleva a los estudiosos a pensar así? La respuesta proviene de la correlación histórica que los mismos evangelios nos ofrecen. En Mateo 2:1 dice: “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes…” y en otro pasaje del mismo evangelio (2:19): “Cuando había muerto Herodes”.

Este “rey Herodes” fue un monarca vasallo de Roma que gobernó Palestina entre los años 40 y 4 a.C. Sabemos esto gracias a varias fuentes fidedignas de la antigüedad, que además se corresponden con los descubrimientos arqueológicos. Otros afirman que muchos años antes del siglo IV, varios líderes cristianos consideraron el asunto de la fecha del nacimiento de Cristo. Por ejemplo, Clemente de Alejandría, a finales del siglo II, declaró que algunos creyentes en Egipto celebraban el nacimiento de Cristo en abril.

Algunas teorías toman como fuente a Lucas 1:5-14, donde se afirma que en el momento de la concepción de Juan el Bautista, Zacarías, su padre, esposo de Isabel (prima de María, la madre de Jesús) oficiaba en el templo de Jerusalén, y según Lucas, Jesús nació 6 meses después que Juan. De acuerdo a Crónicas I, a Zacarías le correspondía al templo a comienzos de junio (tercer mes del calendario hebreo), entonces, si los embarazos de María e Isabel fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre.

¿Y el buey y el burro?

Otros datos hacen dudar del nacimiento en diciembre de Jesús, pues difícilmente los pastores hubieran cuidado a sus rebaños en el campo en pleno invierno, por lo que consideran que pudo haber sido en primavera, como lo señala Edwin D. Freed, profesor emérito de estudios bíblicos de la Universidad de Gettysburg (EU), en su libro “Las historias del nacimiento de Jesús”.

La citada obra añade que los rebaños “pasaban el invierno en los apriscos”, y ese detalle basta para probar que la fecha tradicional de Nochebuena en invierno tiene pocas probabilidades de ser exacta, por las condiciones climáticas extremas que se presentan en la región, ya que es ilógico que los pastores acamparan a la intemperie en una fría noche de diciembre.

La mula y el buey que aparecen en el nacimiento no están consigna- dos en ningún texto bíblico, aunque sí representados en catacumbas y en el evangelio apócrifo de Mateo, que describe que el tercer día después del nacimiento, María salió de la gruta y al establo llegaron el buey y el asno para adorar al Mesías: sin embargo, fue hasta el siglo VI cuando la iglesia hizo coincidir dicho evangelio con las profesías de Isaías y Habacuc, quienes había dicho que se manifestaron dos animales ante el Mesías.

El día del nacimiento del Señor no pareció interesar a los primeros cristianos, en parte porque mientras se sabía la época del año de la crucifixión y la resurrección por coincidir con la Pascua judía, era imposible saber en qué época del año nació Jesús. Algunos cristianos se percataron del valor de celebrarlo y hacia el año 200 algunos lo celebraban el 20 de mayo, otros lo hacían el 20 de abril y otros el 17 de noviembre, lo que creó confusión.

Fue hasta el año 525 d.C. cuando por orden del Papa Juan I, un monje benedictino de origen escita, llamado Dionisio “El Exiguo” se empeñó en calcular la fecha del nacimiento de Cristo, principalmente para reemplazar la forma de contar los años que regía Herodes (año 4 a.C.). Tal vez un poco después, pero nunca en la misma época.

Dionisio designó al 1 de enero del 754, como 1 de enero del año I de la Era Cristiana por varias razones: Continuar con la ya aceptada fecha de comienzo del año, la proximidad con el 25 de diciembre (por lo que la diferencia en días no era importante), y que la tradición afirmaba que Cristo había sido circuncidado ocho días después de su nacimiento, por lo que el 1 de enero resultaba casi perfecto.

El primer nacimiento se creó en Italia. Fue Francisco de Asís, el iniciador de los nacimientos entre 1200 y 1226. Se cuenta que mientras recorría la pequeña población de Rieti en 1223, la Navidad lo sorprendió en la ermita de Greccio y fue allí donde comenzó todo.

Los estudiosos del tema están de acuerdo en que Dionisio cometió varios errores: El primero de ellos, el más obvio fue que pasó del año 1 antes del nacimiento de Cristo al I después del mismo, “olvidando” el año cero, pero en realidad esto no fue un error, sino algo inevitable, pues hay que tener en cuenta que no pudo hacer algo diferente, dado que el concepto del “cero” matemático no existía.

El conocimiento del cero se extendió por Occidente, llegado desde la India, a través de los árabes, en el siglo VIII, más de 200 años después de la época de Dionisio. Resulta obvio que el monje pudo haber notado la discordancia entre la edad de Jesús (según sus cálculos) y el año de su “Era”, pero no tuvo disponible una solución para corregirla.

¿Qué dicen los demás?

Los evangelistas señalan que Jesús mandó que se recordara su muerte, no su nacimiento (Lucas 22:19, 20). En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes, pero lo toman como eso, como profeta y no conmemoran ninguna fecha especial en torno a su figura. Por si las dudas, ¡Feliz Navidad!

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