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Cumplir, el mayor reto de AMLO

El gobierno federal no se cansa de abrir flancos de batalla, lo que inevitablemente tendrá una repercusión, un desgaste, a mediano o largo plazo.

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Arturo Páramo

Si por voluntad del presidente fuera, este gobierno ya habría marcado historia y estaría enfilado al éxito inmediato.

Por desgracia, las señales en diversos ámbitos no muestran ese escenario.

Desde el inicio de la administración se señaló en este espacio que el titular del Ejecutivo ofrecía un cambio de paradigma, de desconstrucción de un modelo de gobierno para ensayar con uno nuevo.

Al acercarse los primeros cien días de su administración, cifra siempre simbólica y que en el colectivo popular dan un esbozo de cómo se desarrollará una administración, el saldo del régimen es disímbolo.

El gobierno federal no se cansa de abrir flancos de batalla, lo que inevitablemente tendrá una repercusión, un desgaste, a mediano o largo plazo.

Por el momento, el masivo apoyo popular le basta al presidente para no dar marcha atrás en ningún tema: la clausura del proyecto del Aeropuerto en Texcoco, el combate al robo de combustibles, la Guardia Nacional, sin embargo, hay al menos dos temas que sí pegan a la que fue parte de su base electoral el año pasado.

El retiro de recursos a organizaciones sociales que atienden a personas en situación vulnerable (refugios para mujeres víctimas de violencia, que atienen a niños con síndrome de Down o autismo, o con discapacidades motrices, entre otras) o de agrupaciones culturales y artísticas; y la autorización para la puesta en marcha de la termoeléctrica Huexca, en Morelos, fueron golpes duros para todos ellos que apoyaron al hoy presidente durante su campaña electoral.

La entrega de recursos directamente a los grupos vulnerables requiere de una nueva ingeniería que no acaba de quedar clara y que aún estará sujeta a la infraestructura bancaria, conectividad vía internet y a los caminos transitables que no existen en la totalidad del país.

Si bien Andrés Manuel López Obrador insiste a diario en que la economía va bien, la calificación “negativa” de la deuda, la escasa credibilidad en el reforzamiento de Pemex, y la ratificación de la IATA de la inviabilidad del anunciado como sistema aeroportuario de México, no son buenas señales para el país.

En materia de comunicación, cómo no había sucedido a la fecha, hay voces bien posicionadas en los medios de comunicación que ya cuestionan la continuidad de las ruedas de prensa matutinas donde a diario se pregunta directamente al presidente.

Hay articulistas, blogueros, y youtubers que buscan a toda costa reventar las ruedas de prensa y enjuician la integridad y capacidad de los periodistas que a diario cuestionan al titular del Ejecutivo.

Hay también los que consideran si el presidente está abusando de la concentración de información en una sola persona, en una comparecencia diaria sujeta a imponderables.

Hay reportes, reseñas, estudios del desempeño del gabinete presidencial en el que casi sin excepción destacan la dudosa capacidad del gabinete presidencial que es expuesto en las conferencias matutinas.

El esfuerzo del tabasqueño ha sido monumental para ser la cara visible de la administración, para dar a conocer cualquier programa por pequeña o grande que sea su cobertura, y salvo contadas excepciones (Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, Victor Villalobos) es evidente que el resto de los integrantes del gobierno están lejos de transmitir la intención y el alcance de los programas de gobierno tanto en materia social como de infraestructura.

En la plaza pública a los secretarios también se les ve pequeños, disminuidos, limitados y hasta medrosos, al grado que en varias ocasiones quienes llevan la batuta al momento de detallar programas, montos de inversión, alcances de proyectos, son los subsecretarios o el presidente mismo.

Al acercarse los primeros cien días de la llamada Cuarta Transformación de Mexico, apremian los resultados del tamaño de la expectativa generada y no generalidades, vaguedades y eslóganes de campaña.

Para el primer informe de cien días, el presidente prepara ya un acto protocolario importante, hará desfilar a su gabinete y se alista la lluvia de cifras y de cómo avanzan los proyectos planteados para potenciarse en el futuro.

La esperanza y las promesas, sin embargo, no son un modelo de gobierno.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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