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DE AQUÍ SOY / Fiestas de la muerte

En estos festejos, que muchos se vuelven masivos, en jurisdicciones como Iztapalapa o Xochimilco, jamás se observará un punto de revisión, ni un operativo rastrillo para impedir la portación de armas y la venta desbordada de alcohol.

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Gerardo Jiménez

Los festejos patronales, principalmente de los pueblos originarios en la Ciudad de México son un referente de tradición y provincia dentro de la ciudad, pero también, con los años se han marcado con la sangre que se derrama por simples riñas que terminan en masacres como la sucedida el domingo pasado en la celebración del carnaval de Santa María Aztahuacán, en Iztapalapa, que dejó una persona muerta y 10 heridas.

De acuerdo con testimonios, la riña fue entre dos familias quienes después del carnaval tuvieron un altercado que terminó a balazos.

En redes sociales se difundieron videos en donde se observa cómo los heridos eran cargados por los propios vecinos y en otro una riña a golpes entre personas, algunas vestidas de charro.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia capitalina, dos hombres fueron detenidos pos  estos hechos.

El epilogo de estos acontecimientos de sangre y vino, siempre es: “una fiesta de pueblo no es fiesta si no hay muertos”, se dice no solo en Iztapalapa, sino en poblados como la Magdalena Petlacalco o san Miguel Ajusco, donde también ocurren este tipo de eventos violentos durante sus festejos populares.

Los cuerpos policiacos quedan, en la mayoría de los sucesos, como simples testigos, debido a que su intervención podría provocar una turba feroz, pero además, frenar o impedir este tipo de festividades sería ir contra los usos y costumbres de las comunidades y eso, políticamente es incorrecto, ningún gobernante, llámese alcalde o jefe de gobierno quiere a enfrentarse a la polémica de regular estas celebraciones.

Por el contrario, se hace, lo que mediáticamente se conoce como acompañamiento lo mismos de servidores de vía pública o policial, solo eso.

En estos festejos, que muchos se vuelven masivos, en jurisdicciones como Iztapalapa o Xochimilco, jamás se observará un punto de revisión, ni un operativo rastrillo para impedir la portación de armas y la venta desbordada de alcohol.

Desde 2012, Beatriz Ramírez González, cronista en Iztapalapa, declaró que esta práctica representa un problema en los pueblos como el de Santa María Aztahuacán, Santa Cruz Meyehualco y Los Reyes Culhuacán, donde la pistola es parte del atuendo de los que asisten al carnaval días antes de la Semana Santa.

En pueblos como San Sebastián Tecoloxtitlán, señaló,  a pesar de que se han implementado cárteles con el fin de concientizar a los asistentes para que no usen armas de fuego. La atención es nula

“En algunos pueblos sí se aplica, pero en los demás no, y sí es un problema porque ha habido muertos, en Santa Cruz Meyehualco dicen que si no hay un muerto no es carnaval, eso es trágico”, lamentó la cronista.

Uno de los casos que ha marcado a esa jurisdicción por el uso indiscriminado de armas dentro de estos festejos ocurrió el 2 de noviembre de ese año, fue el  Hendrik, de 10 años de edad, fue herido en la cabeza por una bala perdida que entró por el techo del Cinépolis Ermita, y 2 días después murió.

En la Ciudad de México es sabido que existe un uso indiscriminado de armas de fuego que han cobrado la vida de muchas personas, al ser usadas a manos de la delincuencia organizada o a manera de celebración, lanzando disparos al aire, durante las fiestas patronales de algunas zonas de la capital.

Lo cierto, es que la mayoría de víctimas nada tienen que ver con el uso de las armas, lamentablemente, estuvieron en el momento y lugar incorrectos, lo que les provocó la muerte.

Conforme a registros de la pagina de Datos Cdmx, de 2016 a marzo de 2019, se han iniciado 6 mil 257 Carpetas de Investigación por el delito de lesiones por disparo de arma de fuego.

La alcaldía Fiscalía encabeza la lista con mil 396 indagatorias abiertas, seguida de Iztapalapa con mil 38 y en tercer lugar Venustiano Carranza con 664 investigaciones.

Esta gráfica del delito, debe también obligar no solo a las autoridades desde el más alto nivel, sino  a organizaciones a enfrentar estos festejos de la muerte, que cada vez más suman números a la incidencia delictiva, que na nada más no se puede frenar.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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