Por La Mafia en el Poder
Hace más de dos años Miguel Ángel Mancera promulgó la Ley de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Distrito Federal, y ofreció echar a andar en menos de cuatro meses un consejo que revisara cada caso.
Acababa de ocurrir el asesinato de tres mujeres y dos hombres, entre ellos el fotoperiodista de Proceso, Rubén Espinosa, y el jefe de Gobierno necesitaba apaciguar las aguas con el gremio.
Además de la cantaleta de siempre de que se haría justicia y se encontrarían a los culpables del alevoso crimen, llamó a la formación del Consejo, integrado por destacados periodistas y defensores de derechos humanos.
Les tomó protesta y dijo que en un plazo no mayor a cuatro meses echaría a andar el organismo, pues era compromiso de su gobierno proteger a los comunicadores.
Han pasado ya un par de años de ese anuncio y Mancera jamás cumplió su ofrecimiento; tan es así que los integrantes del Consejo renunciaron al ver que la promesa había sido puro aire y nada de acción.
Abigaíl Gisela Martínez Miguel, de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias que formaba parte del Comité de Expertas y Expertos y del Grupo Consultivo, manifestó que la negligencia por atender las fallas en la operación del Mecanismo lo ponía en riesgo.
“Nunca hubo respuesta a nuestras recomendaciones, y en la marcha aunque se hacían evaluaciones de riesgo y se acordaban medidas de protección con la participación de los beneficiarios, lo que ocurría en los hechos es que no se aplicaban las medidas”, dijo.
La defensora lamentó que el gobierno capitalino no tuviera la sensibilidad para atender el problema, “sobre todo porque el DF se convirtió en una ciudad-refugio de muchos periodistas que salieron huyendo de sus estados.
Sin cumplir su ofrecimiento, y ya como presidente de la Conago, Mancera sale ahora con que él se hará cargo de la protección a los periodistas, tras los últimos asesinatos.
¿No es oportunismo político?
Y claro, ante los reflectores que le brindan no solamente el caso, sino la representación de los gobernadores del país, el jefe de Gobierno vuelve a las andadas y se dice presto a la promulgación de un mecanismo para salvaguardar la vida de los periodistas.
Un tipo que no puede velar por la seguridad de la población que gobierna y que ha disparado los niveles delincuenciales a sus máximos históricos no puede andar ofreciendo protección a un gremio.
No solo a periodistas, debería garantizar la vida de todos; albañiles, abogados, taxistas, oficinistas, estudiantes, amas de casa, etcétera, tendrían que gozar de esa garantía.
Pero claro, la prensa le da más puntos y ahora se quiere nombrar como el defensor del gremio, cuando no fue capaz de cumplir sus promesas de crear un organismo que le ayudara en la tarea.
¿Por qué creer en alguien tan desgastado que sólo busca los reflectores para apuntalar sus intereses políticos personales?
A otro perro con ese hueso.
La fijación de AMLO
En otra declaración de campaña, Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer que Delfina Gómez ganará por 10 puntos de ventaja las elecciones para gobernador del Estado de México el próximo 4 de junio.
No dice de dónde saca esos números, pero sus declaraciones dejan ver un escenario similar al de 2006, cuando juró y perjuró que sus encuestas le daban 10 puntos de ventaja sobre el panista Felipe Calderón.
El resultado final de la contienda ya todos lo sabemos: Calderón fue Presidente de la República y López Obrador se quedó con sus supuestas encuestas bajo el brazo, gritando desde entonces que le robaron la Presidencia.
Como seguramente ya sabe que su Delfina no va a ganar, ya sacó lo de los 10 puntos para tener pretextos después de las elecciones y llamarse una vez más “robado por la mafia del poder” y tomar eso para victimizarse y buscar que la derrota sea su plataforma para 2018.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
