Mientras la morena Claudia Sheinbaum y el priista Mikel Arriola arrancaron con todo descaro su campaña por el Gobierno de la CDMX, el PRD pierde valioso tiempo jugando a la democracia para definir a su abanderado en 2018.
Como si la gente se fuera a tragar o le importara eso de que serán el único partido que no aplicará un dedazo para elegir representante de la coalición Por la Ciudad al Frente, conformada con Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.
En primer lugar, mientras siguen jugando a que Alejandra Barrales, Salomón Chertorivski y Armando Ahued disputan civilizadamente la nominación, sus enemigos se despegan.
En segundo lugar, si ingenuamente creen que la lucha interna no va a traer guerra y heridos, están muy equivocados, pues lo que está de por medio es el poder y claro que los tres equipos irán con todo por el triunfo, cueste lo que cueste; eso podría agudizar la división.
Lo que el PRD tendría que hacer es obligar a que dos de sus precandidatos declinen por uno y empezar a posicionarlo, pues la carrera ha comenzado.
El problema, por supuesto, será elegir quién de ellos es el más adecuado, para lo cual los perredistas tendrían que ser pragmáticos y fijar sus prioridades. ¿Quieren ganar aunque el candidato no sea orgánico o es obligatorio que sea perredista?
Si lo que quieren es enfrentar con éxito a Andrés Manuel López Obrador y a su juanita Sheinbaum en la CDXM, indudablemente quien puede contrastarlos es Chertorivski, pues de los tres es el más preparado; le seguiría Ahued y al último Barrales.
Y es que aunque Alejandra es la única perredista, no podría igualarse en preparación académica con Claudia ni con el propio Arriola. Y menos podría contrastarse con El Peje, pues vienen del mismo lugar y para la gente no habría diferencia.
Aunque su nombre produzca urticaria a más de un perredista, la realidad es que Salomón tendría que ser la opción. Es joven, preparado, sin cola que le pisen, identificado con la izquierda progresista y tiene un perfil ciudadano.
Tiene el apoyo de los hombres del dinero, es empresario y ha trabajado con gobiernos del PRI, del PAN y del PRD, por lo que podría conciliar intereses. La clase media —que inclina las elecciones— tampoco lo vería mal.
Es sobrino de intelectuales y luchadores sociales prestigiados como José Woldenberg y la ambientalista recién premiada Julia Carabias y, hasta el momento, no se le conoce ninguna traición a sus exjefes, por lo que Miguel Ángel Mancera podría estar tranquilo.
Se le considera el creador del Seguro Popular y es impulsor de un salario mínimo más justo para los mexicanos. Eso sí sería de contraste con Sheinbaum y el propio López Obrador.
Una excelente segunda opción sería Ahued, un tipo carismático, querido, solidario, preparado, de perfil ciudadano y sin negativos. Si se atorara lo de Salomón, podría ser una segunda opción muy valiosa.
La tercera sería Barrales que, en primera instancia, por haber compartido el mismo proyecto obradorista no se podría contrastar con Claudia, y en estudios no lo podría hacer con Mikel; eso lo saben los propios perredistas.
Así de claro está, pero, sea quien sea, el PRD no puede perder más tiempo en jueguitos y debe decidir ya.
CENTAVITOS… Mientras son peras o manzanas, el doctor Ahued fue cobijado ayer por la poderosa diputada Nora Arias, quien le juntó cinco mil perredistas en el parque Juventino Rosas de la GAM en apoyo a su precandidatura… Parece que el doctor no anda tan solito en su lucha y ese apoyo sí se vio.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/12/18/1208546
