A partir de la crisis del ‘94 y de la gestión de Óscar Espinosa, la inseguridad en la CDMX se volvió escalofriante. En esa época no se llevaban las mediciones que tenemos hoy en día y nadie se atrevía a declarar ante las autoridades, pero la mejor estadística es que todos los capitalinos tenemos a alguien muy cercano que fue víctima de la inseguridad en esa época. Por el terror al secuestro en la capital, muchos empresarios (ahora fifís) se fueron a vivir a San Diego, Miami o Woodlands.
En la Ciudad de México se gestaron medidas y programas inteligentes impulsados por individuos como Samuel del Villar, Marcelo Ebrard, Manuel Mondragón, Miguel Ángel Mancera (quien resultó ser mejor procurador que Jefe de Gobierno) y Patricia Bugarín, entre otros. En actos públicos, Bernardo Bátiz ha declarado que lo único que hizo al frente de la PGJDF fue continuar la labor iniciada por Del Villar.
Estos cambios empezaron a brindar frutos en el 2006. Alrededor de esas fechas la tendencia se invirtió. La criminalidad hizo tregua en la Ciudad de México y se recrudeció en varios puntos del interior del país. Un fenómeno digno de análisis es la naturaleza itinerante de la violencia en la República Mexicana. Esto se ha visto claramente reflejado en las alertas del gobierno estadounidense para sus ciudadanos. En algunos años, la alerta roja se ha centrado en: Chihuahua, Nuevo León y Baja California. Otros años ha estado en Veracruz, Quintana Roo y Michoacán. Hoy está en Colima, Sinaloa y Tamaulipas.
Así como una década antes comunidades de mexicanos se exiliaron en EU, a partir del 2006 comunidades de fifís (con ingresos de 40,000 pesos mensuales ya cabes en la catego) de ciudades del norte del país, como Monterrey, se vinieron a refugiar a la capital.
Hoy, a 12 años del 2006, la inseguridad en la capital ya no está dominada por bandas de secuestradores, sino por cárteles internacionales de la droga. Por si no te han informado, Claudia, muchas colonias de la ciudad que gobiernas están incluidas por EU como territorios más peligrosos del planeta.
Contar con una guardia nacional en todo el país, exceptuando la CDMX, es el peor de los escenarios para los capitalinos. Lo ideal sería que no hubiese guardia nacional militarizada, pero ya que la habrá, la capital la necesita.
En la mayoría de las comunidades que han sido protegidas por las fuerzas armadas, los habitantes ruegan que no se retiren.
El secretario de Seguridad de Sheinbaum recientemente dijo que sus comandantes, que se dedican a extorsionar, pasarían a las casas de los chilangos a escuchar sus inquietudes. Con todo respeto, yo paso. En la Ciudad de México ya inició una guerra entre organizaciones como las de los Beltrán Leyva, de los cárteles de Sinaloa, del Golfo y los Zetas.
Si crees, Claudia, que con los policletos de la SSP que ganan 5,000 pesos mensuales vas a enfrentar lo que se viene, espero que recapacites. Si el área metropolitana será la única del país que no tenga presencia militar, no se requiere un doctorado para deducir a dónde se vendrán a operar los cárteles.
