Pablo Trejo
Como sucede en cada uno de los aspectos involucrados en cualquier transacción económica, siempre existen dos lados de la moneda. Alguien que gana y alguien que pierde, alguien que compra y alguien que vende, alguien que presta y alguien que vende, y justamente, esto es a lo que nos referiremos el día de hoy.
La tasa de interés, es el precio del dinero a través del tiempo, es decir, es el incremento que se aplica al dinero cuando se pacta algún tipo de préstamo, y consta de dos componentes básicos, una parte que compensa la pérdida del poder adquisitivo a causa de la inflación, y una tasa de rentabilidad real que incentiva a quien presta, a que deje de disponer de su liquidez.
Para nadie es secreto que, en algunas religiones como la cristiana, el cobro de intereses derivados del préstamo de dinero, se consideraba un pecado que cometía el acreedor, a quien le sobraba el dinero después de cubrir sus necesidades, y por su parte, el deudor quedaba libre de pecado, toda vez que necesitaba de ese dinero para cubrir las suyas.
En la actualidad, la inmensa mayoría de las transacciones de crédito, desde el esquema simple y rudimentrario de los préstamos en efectivo, hasta la compra de mercancías a plazos, involucra a instituciones financieras, cuyo negocio es muy simple: toma dinero prestado, y lo presta a su vez a una tasa mayor de interés, y esa diferencia, es su ganancia.
Cuando las tasas de interés aumentan, significa que aquellos que prestan, reciben una mayor compensación, mientras que aquellos que piden prestado, sufren el aumento de sus deudas. Por ello, un aumento en las tasas, impacta de manera negativa en el consumo, porque una gran parte de la ciudadanía, decide que es mejor no comprar algo que endeudarse, lo que aplica exactamente al revés en el caso de la disminución de las tasas, ya que los ahorradores, al ver que no es tan atractivo prestar su dinero, deciden trasladarlo a un lugar que les ofrezca mejores condiciones, y lo compradores, en cambio, es probable que decidan que es un buen momento para gastas, lo que le da un pequeño empujón a la economía.
El Banco de México es el responsable de mantener la estabilidad de nuestra moneda, y es el organismo responsable de fijar la tasa de inetrés de referencia, es decir la tasa de interés a la que presta el dinero, que es equivalente a la tasa de fondeo bancario a plazo de un día.
Las decisiones que toma la junta de gobierno del Banco de México, influyen de manera directa en nuestro comportamiento macroeconómico, y en el escenario de pronósticos adversos sobre el crecimiento futuro de nuestra economía, el que haya tomado la decisión de disminuir la tasa de referencia, contribuirá a que al menos uno de los elementos que integran el Producto Interno Bruto, como es el Consumo privado, se incremente, y con ello, le está dando un empujoncito a la oferta presidencial de crecimiento de nuestra economía.
