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Capital Político

El enemigo en casa del PRD

El último escándalo se dio al término de la aprobación en el pleno de la Ley Electoral.

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Bien dicen que cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde.

Y es que al interior del grupo parlamentario del PRD de la Asamblea Legislativa del DF hay un diputado que está fuera de sí y que, según sus propios compañeros, es irrecuperable para el grupo y puede causarle mucho daño, incluso, a quien lo manda a operar.

Este diputado, a quien sus protectores le dieron fuero porque estaba a punto de ir a prisión tras una desaseada administración en una delegación capitalina, llegó a Donceles por acuerdo con un poderoso operador del inquilino del edificio del Antiguo Ayuntamiento.

Como tenía —tiene— un grueso expediente que podría enviar no sólo a él, sino a familiares directos a prisión, fue fácil manipularlo y encargarle la operación del trabajo sucio, a lo que no se podía negar.

Pero como siempre que necesitaba operar algo en la ALDF utilizaba el nombre de su jefe, quien es bastante influyente en la grilla chilanga, las puertas se le abrían con facilidad.

Sus colegas estaban seguros que actuaba por consigna de quien lo salvó de la cárcel y a quien le estaba pagando el favor, pero pronto se dieron cuenta de que no todo lo que hacía era orden “de arriba”, sino que actuaba por iniciativa propia.

El diputado poco a poco fue perdiendo la noción de la realidad y se empoderó, al grado de gritar, amenazar e imponer su ley sin que nadie le ponga un alto.

Primero dijo que era operador de quien es considerado un padrino en la política de la CDMX, pero después dijo que ya eran socios. O sea, que estaban al mismo nivel.

Y esto lo dice sobre todo después de las 19:00 horas, cuando es prácticamente imposible localizarlo en sus cabales y le da por hablar, hablar, hablar y amenazar.

Como los demás no saben hasta qué punto es verdad o ficción lo que dice, le dejan pasar muchas cosas, incluyendo maltratos y hasta groserías.

El último escándalo se dio el martes de la semana pasada al término de la aprobación en el pleno de la Ley Electoral de la CDMX, emanada de la Constitución Política local promulgada apenas en febrero pasado por Miguel Ángel Mancera.

El diputado perredista se dirigió con palabras altisonantes a su compañera Elizabeth Mateos, vocera de la fracción del PRD en Donceles, quien no se dejó y ni tarda ni perezosa le paró el alto.

“A ver, pendejo, a mí no me vas a gritar… eres un cobarde”.

Con las tripas revueltas, el legislador se volteó a su coordinador, que aún estaba en el salón de plenos, y lo amenazó con irse “a otra opción política” si no había castigo para la también exdelegada en Iztacalco.

El altercado se dio en medio de las curules y no hubo sanción inmediata, aunque casualmente dos días después circuló un supuesto boletín del PRD que aseguraba que 17 de los 20 miembros de la bancada pedían echar de la vocería a Mateos.

Nada ha pasado, pero la amenaza persiste.

Ah, el nombre del diputado en cuestión es una adivinanza, que no tiene ningún chiste porque está bien fácil.

CENTAVITOS… Por cierto, dicen que tan luego llegue

Mancera de su gira por Washington habrá consecuencias por el quemón que se dio a mitad de semana con importantes inversionistas extranjeros, ante los que por la mañana elogió por una magna construcción en Reforma y unas horas después su gobierno la clausuró. Dicen que el funcionario ve muy distraído a su equipo pensando en quién se quedará en su lugar a partir de octubre, cuando renuncie para irse en busca de Los Pinos.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/06/09/1168697

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