Arturo Páramo
Ocurrió en alguno de los recorridos que efectuó este año. Los testigos señalan que a pie de carretera Andrés Manuel López Obrador dialogaba una noche con Marcelo Ebrard, iluminados con los faros de los autos de su convoy.
La escena remite a aquellas películas en donde para no ser escuchados o vistos, los personajes en conflicto van a despoblado, evitan hablar por teléfono y acuerdan los temas importantes en un círculo cerradísimo.
Así es Andrés Manuel, organiza, teje, proyecta y decide a cada momento, no hay descanso, el proyecto es él, y por ello sus definiciones sorprenden a la opinión pública, cómo fue el caso del condicionamiento de las rondas de asignaciones de campos petroleros a que las empresas beneficiadas demuestren que producen el hidrocarburo.
Los nombramientos de futuros funcionarios de Petróleos Mexicanos, la paraestatal perdió la buena consideración que tenía de parte de la calificadora Fitch y eso significa que será más caro para la empresa estatal el conseguir créditos.
Como se ha expuesto en estas líneas, López Obrador abre frentes de batalla que dejan helados a sus propios colaboradores.
Costó trabajo que se pronunciara sobre los migrantes que ya se encuentran en el sur de México y exigió que se les brinde protección, albergue y planteó que su administración les dará visas de trabajo a aquellos que decidan quedarse en el país.
Se desató la alarma entre su futuro equipo de Gobernación que saben que es visa debe pasar por filtros legales establecidos en normatividades internacionales.
Los nombramientos de los futuros secretarios de Marina y de La Defensa Nacional destrozaron todas las quinielas, pues la única pista dada por el tabasqueño era que serían militares de carrera.
El viernes en Monterrey dio otra muestra al acudir a un foro de educación temprana organizado por el Partido del Trabajo (PT) y en el que adelantó que Guadalupe Rodríguez, acusada de desvío de más de 100 millones de pesos utilizando los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) auspiciados por el propio PT, se integraría a su gabinete.
Los Cendis en cuestión, adelantó, serán regularizados por la Secretaría de Educación Pública apenas ingrese al gobierno. Es decir, por iniciativa personal, regulariza los Cendis y le lava la cara a la también esposa del líder del PT, Alberto Anaya.
En el tema del Aeropuerto, ya el Consejo Coordinador Empresarial dijo que desconocerá la consulta que realizará esta semana acabando así como la “luna de miel” que presumía el equipo lopezobradorista entre él presidente electo y el sector empresarial.
El gobierno electo efectuará la consulta por que “fue instrucción del presidente electo”, montado en la estructura del partido Movimiento de Regeneración Nacional, sin importar las críticas al cuestionario que será aplicado, a la selección de los puntos donde se colocarán mesas receptoras de opiniones, al método para el conteo de votos, y los nulos candados que se tendrán para evitar la asistencia en masa de personas envidas por organizaciones afines a alguno de los dos bandos.
La consulta fue una propuesta personal de López Obrador que dibuja de cuerpo entero su forma de actuar, a contracorriente, dándole la vuelta al rigor y metodología, e incluso ante la abrumadora mayoría de estudios, dictámenes, y opiniones de especialistas nacionales e internacionales sobre la conveniencia de replantear y seguir el proyecto de Texcoco y la poca factibilidad de Santa Lucía.
López Obrador aplica el poder único, y por ello ya están listos para actuar en su nombre los delegados de programas sociales en cada estado y los gobernadores rendidos a sus pies por la oferta que hizo entidad por entidad de absorber sus gastos en programas sociales para dejarlos libres recursos para emplearlos en otros rubros.
Como no ha ocurrido al menos en la última generación (tal vez desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari), el proyecto colectivo, de partido, de grupos, de sectores, no existe, y estamos ante el proyecto personal de López Obrador que podría costar caro al país.
El presidente electo oye el estruendo de la plaza llena, está atento al coro de críticas, escucha a su equipo cercano, pero decide él sólo.
