Martín Takagui
Los delincuentes son sujetos con las peores intenciones, pero con un alto grado de ingenio que al actuar usan toda la sangre fría que pueden para presionar, amedrentar y convencer a quienes están al teléfono hasta que logran su cometido.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México alertó sobre esta modalidad que desde el año pasado comenzó a extenderse por diversas demarcaciones de la capital mexicana.
Salvador Guerrero Chiprés, presidente del organismo, dio a conocer que es un delito que va al alza. Se trata de un sistema de estafas que con engaños y a través de una llamada telefónica los delincuentes concretan robos que, de acuerdo con las estadísticas de denuncias, dejan botines de tres mil pesos hasta 100 mil dólares.
El llamado “fraude de la patrona” consiste en hablar por teléfono a la trabajadora doméstica cuando los delincuentes saben que la dueña de la casa no se encuentra, y fingiendo una situación de emergencia, hablan a su celular y llevan a la víctima por toda la casa en busca de dinero, joyas y valores diversos que les puedan ser entregados.
Previamente, los delincuentes han estudiado horarios, momentos, el ir y venir de las víctimas, y han conseguido el número telefónico del personal que trabaja en la casa.
“Apúrate, tu patrona está en una situación de emergencia y necesita que le mandes algo, ahí en su cajón de la recámara, ya sabes dónde, hay una bolsa, a ver si ahí está el dinero. Necesita mucho dinero porque atropelló a una persona y la lleva al hospital, me encargó que te llamara…”, es una de las formas iniciales.
Llevan y traen a las trabajadoras domésticas corriendo de un lado al otro de la casa hasta que encuentran algo de valor, pueden ser joyas, dinero en efectivo o dólares, y una vez que han sido encontrados, les piden que salgan a la calle y se los entreguen a una persona que las estará esperando.
En otros casos son más específicos, pues les indican que ahí debe estar un sobre amarillo, en el cual se encuen- tran diversos objetos de valor, para que, una vez encontrado por la víctima, se culmina de la misma forma.
La estafa puede ser definida como un delito que se ejecuta contra el patrimonio o la propiedad, y que se perpetra por medio de un engaño.
El estafador se encarga de que la víctima crea en algo que no existe, que no es real. Otra opción es engañar al estafado respecto a las condiciones de una operación comercial.
Se trata de un delito creciente, las cifras que tiene el Consejo de este tipo de estafa son:
