En caso de que las encuestas acertaran y Claudia Sheinbaum obtuviera la Jefatura de Gobierno de la CDMX, probablemente se tendría que enfrentar al problema de cómo armar un equipo competente para echar a andar su administración.
Y es que, ante la posibilidad de que también obtengan la Presidencia de la República, más de un moreno está pensando en emigrar al gobierno federal, pues la capital de la República ya les queda chica.
El asunto es que, de ganar Andrés Manuel López Obrador, no se ve que tampoco él tenga el equipo suficiente para integrar los puestos de primer nivel, por lo que necesitará echar mano de sus viejos conocidos en la capital.
Porque no se trata solamente de ocupar las secretarías de Estado, sino las subsecretarías, direcciones, delegaciones federales y un sinfín de plazas que requieren de gente especializada, que es de lo que precisamente adolece Morena.
Esa necesidad se junta con la ambición de varios políticos locales a los que ya no les satisface un hueso capitalino y se deslumbran con la posibilidad de trascender más allá de las fronteras chilangas.
Por supuesto que no está mal que aspiren a cargos de mayor responsabilidad, pero eso dejaría descubierta a Sheinbaum para el armado de su gabinete, en caso de ganar las elecciones de este fin de semana.
No es que vayan a faltar aspirantes, desde luego, sino que la capacidad de quienes sean elegidos para ocupar las secretarías es lo que habría que cuestionar.
Nadie duda que Claudia echaría mano de algunos investigadores o científicos de su círculo, pero está demostrado que un buen académico no necesariamente es un buen funcionario. En eso deberían estar pensando los morenos si de veras confían en ganar.
Porque, de lo contrario, existe el serio riesgo de que el Gobierno de la CDXM se llene de pura paja. Que abunden funcionarios impreparados y, sobre todo, que lleguen los corruptos de siempre, que permanecen agazapados en espera de resurgir.
Por cierto, en el gabinete federal ya estaría contemplada la zacatecana Amalia García, quien recién renunció al PRD, partido del que fue presidenta nacional.
Curioso que Amalia haya cobrado en el gobierno perredista de la CDXM todo el sexenio y, a unas semanas de la elección, cuando las encuestas ya daban como favorito a Morena, haya “recapacitado” y le entrara el amor por el pejismo.
La señora pertenece al equipo de Silvano Aureoles, que hace un par de meses se decantó por el priista José Antonio Meade, y al de Víctor Hugo Romo, que hoy es aspirante moreno a la alcaldía de Miguel Hidalgo.
Otro al que una luz iluminó a tan sólo unos días de la elección es a Alejandro El Sombrita Sánchez, viejo bejaranista que se ha dedicado, desde hace años, a succionar el presupuesto de la ubre pública, y que hoy de oscuro pasa a moreno.
Qué dirán de este oportunismo político los auténticos pejistas que se la jugaron con su líder desde un inicio y no como los que ahora que ya está servida la cena, se quieren sentar a la mesa.
Ni Amalia ni El Sombra aportan absolutamente nada, pues su presencia no es necesaria para ningún resultado. Son facturas que Morena tiene que pagar a algunos experredistas que traicionaron al sol azteca y se pasaron al lado oscuro de la política.
CENTAVITOS… Como los morenos defienden a capa y espada las encuestas, seguramente ya habrán aceptado su derrota en Benito Juárez, donde los sondeos dan casi 20 puntos de ventaja al panista Santiago Taboada sobre el morenista Fadlala Akabani, mueblero con fama de corrupto que, antes de ser pejista, ha pasado por varios partidos, entre ellos el propio PAN.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/el-gabinetazo-de-claudia/1248034
