Hugo Morales Galván
El video que circula en redes sociales con supuestos integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) amenazando a quienes delincan en la Alcaldía de Gustavo A. Madero (suponemos zona de influencia suya) a nadie debe de sorprender.
El tráfico de drogas tiene en la Ciudad de México su principal centro de operaciones para la distribución de enervantes. No es Cancún, Acapulco, Veracruz, Matamoros, Culiacán, Guadalajara, Manzanillo o Tijuana. Esos son punto de llegada o de ingreso para el mayor mercado de consumo del mundo como lo es Estados Unidos.
El ingreso de drogas a la capital es por tierra o por aire. Por tierra desde Guerrero, Colima, Jalisco y Veracruz. Los cargamentos provenientes de esa entidad llegan vía marítima o en pequeños vuelos procedentes de América del Sur, y son trasladados por carretera a la CDMX.
Por aire, el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” es el punto de llegada. Los grandes cargamentos que provienen de Colombia y Perú llegan en la carga de los vuelos comerciales. A manera de distracción y de desviar las sospechas sobre su complicidad, las autoridades portuarias y aeroportuarias mexicanas realizan de vez en cuando un incautamiento, sea de un cargamento en la bodega o contenedores marítimos o una “mula” en la terminal aérea.
En realidad, la droga llega a territorio mexicano en la carga de los vuelos comerciales sin impedimento alguno. Las unidades caninas son utilizadas para brindar “show” a los medios de comunicación. Nada más.
Si como las investigaciones y los especialistas han documentado, la capital es disputada por varios cárteles locales y filiales de cárteles nacionales de las drogas, no es de extrañarse que haya aparecido un video donde cuatro personas con pasamontañas, uniformes militares y armas largas anuncian su zona de control y las represalias contra quienes cometan algunos delitos.
La aparición de este grupo puede tener varias explicaciones. Una, que habiendo sido debilitada La Unión Tepito, cuyas operaciones del centro de la ciudad se extienden a GAM, haya quienes quieran tomar control del narcomenudeo en la zona. Dos, que en franca disputa a sus rivales, se muestren retadores de que van a penetrar en la zona a disputarles el control. O, tres que se hayan percatado de cierto vacío de poder en el Gobierno de la CDMX, lo cual quieren aprovechar para –en franco reto— instalarse abiertamente en la zona. En cualquiera de esos supuestos, lo que se anuncia es un incremento del ciclo de violencia en la CDMX, sea mediante enfrentamiento o ejecuciones selectivas por la disputa de territorios.
El narcotráfico no es un problema nuevo. Es un problema que las autoridades en turno, por acción, omisión o complicidad, permitieron que se expandiera. Hoy, no hay ninguna Alcaldía de la capital del país donde no estén operando las uniones tepitos, las manos con ojos, zetas, etc.
Hemos conocido la Estrategia de Seguridad de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheimbaun (17 ejes). Plagado de generalidades y lugares comunes no dice cómo confrontará a quienes en la sombra han hecho un ilegal gobierno propio extorsionando, cobrando piso, haciendo usura “gotera”, mercando con la trata de personas (prostitución) a la luz pública día y noche; haciendo justicia por mano propia mediante ejecuciones y cuya forma de operar ha quedado grabada en las inútiles cámaras de vigilancia instaladas en las calles de la capital.
Debió de ser el Presidente Andrés Manuel López Obrador quien alertara del aumento de la violencia y homicidios en la CDMX por lo cual Sheinbaum y Tomás Pliego salieron del letargo a intentar responder.
Qué bien que su equipo difunda un insulso mensaje metiendo un gol. Lo que la ciudadanía quiere es que meta goles en materia de seguridad pública y regrese la paz a las calles del ex Distrito Federal. Esa fue una de sus promesas. Es hora de que diga cómo la va a cumplir.
El bono democrático y la luna de miel no serán eternas si permite que se incremente la percepción de inseguridad y que aumente la violencia. Dijo que la Guardia Nacional no operará aquí. Se le aplaude. Porque está en posibilidad de hacer las cosas de manera diferente, si escuchara a las #OSC.
La CDMX puede ser su catapulta o su tumba política. Hay quienes se frotan las manos por su fracaso. Yo no. Pero tampoco se me ocurre que como solución pudiera perdonar a los narcotraficantes.
