Investigación
Entregan a la Ciudad El Caballito restaurado
A la escultura se le modificó la pátina que los recubre, para ser lo más cercano a la que tenía en su origen, color olivo ocre.
Por Arturo Páramo / Fotos: Moisés Corona.
La escultura ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como El Caballito, fue develada ayer tras estar oculta poco más de tres años, en los que fue sometida a una restauración integral.
“Más de 200 años después, nos reúne la conclusión de los trabajos que restauradores, arquitectos, antropólogos, químicos y otros especialistas realizaron en la escultura ubicada en la plaza que lleva el nombre de su creador, Manuel Tolsá”, dijo la secretaria de Cultura del gobierno federal, Cristina García Cepeda tras la develación de la escultura.
A inicios de 2013, el Gobierno de la Ciudad inició una intervención a la escultura, y para ello contrató a la empresa Marina Restauración de Monumentos. El bronce fue tratado con ácidos, provocando daños irreversibles al metal. En 2014, autoridades federales tomaron la restauración en sus manos para efectuar varios estudios al monumento.
De la fallida intervención se castigó a la empresa con la inhabilitación, y fue destituido el entonces director del Fideicomiso del Centro Histórico, Inti Muñoz, hoy funcionario de UNESCO México.
De acuerdo con la funcionaria federal, la restauración se dio en dos etapas: “Lla primera encaminada al desarrollo de la investigación histórica, los estudios de diagnóstico integral y generación del proyecto ejecutivo de conservación y restauración. En la segunda, se ejecutaron los trabajos en un ejemplo de labor interdisciplinaria”.
Durante el tratamiento físico y definitivo al bronce realizado durante el último año se encontró que la escultura presentaba capas sucesivas de pintura verde, marrón, barniz y pintura negra, todo cubierto por una capa de polvo, hollín y suciedad.
A la escultura se le modificó la pátina que los recubre, para ser lo más cercano a la que tenía en su origen, color olivo ocre. También fue restaurado y limpiado el basamento del monumento.
El Caballito fue fundido por Manuel Tolsá en 1803. Su emplazamiento inicial fue en la Plaza Mayor, hoy Zócalo. Tras la victoria de los Insurgentes en la Guerra de Independencia, la escultura fue cubierta y trasladada a un edificio de la Universidad Nacional (hoy desaparecido) que se ubicaba en donde actualmente está la Suprema Corte de Justicia.
En 1852 se le trasladó al cruce de las actuales avenidas Bucareli, Reforma y Rosales, donde permaneció hasta 1979, cuando se ordenó su traslado a la Plaza Tolsá, donde permanece hasta hoy.
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México adelantó que el resto de las esculturas y monumentos que se encuentran sobre el Paseo de la Reforma serán intervenidos con el mismo cuidado que se tuvo para El Caballito.
“Muchos otros trabajos nos están ocupando. Estamos juntos en la restauración de nuestras estatuas en el Paseo de La Reforma, que requieren también una intervención puntual, profesional”, puntualizó Mancera.
Adelantó también que la iluminación en la Plaza Tolsá será modificada para destacar la escultura de El Caballito.
“Vamos a aprovechar para iluminarla, porque era una plaza oscura, que permitía ver la escultura de día, pero no así de noche”, insistió el Jefe de Gobierno.
