Patricia Sotelo
“Amigos, acaba de traer un taxi a mi sobrino. Está en muy malas condiciones, lo atacaron y algo más. Vamos al MP para levantar la denuncia”. Es el mensaje de una mujer en un chat de madres y padres de familia de un colegio privado, aunque su sobrino, Alexis Salvador González, estudia en el Instituto Politécnico Nacional, y a principios del mes de junio desapareció al salir del plantel, por lo que se solicitó ayuda en redes sociales y grupos de WhatsApp para localizarlo.
Dos días después se supo del secuestro de Norberto Ronquillo, estudiante de la Universidad del Pedregal. En el mismo chat se escribieron mensajes de consternación, pero cuando se supo que el joven fue encontrado sin vida a pesar de que sus familiares pagaron el rescate solicitado por sus captores, se generalizó la indignación, pero sobre todo se externó el terror que madres y padres sienten ante la inseguridad en la Ciudad de México y los riesgos que corren sus hijos.
Ninguna encuesta de percepción sobre inseguridad muestra lo que realmente piensan los ciudadanos. Reproduzco algunos mensajes después de conocerse el cruel asesinato de Norberto.
- “No sé que está pasando. Ya es demasiada inseguridad la que tenemos. Yo no me siento segura de mandar a mis hijos solos a ningún lado aunque sea en carro. Ya no VIVIMOS solo SOBREVIVIMOS”.
- “Se están ensañando con los jóvenes, niños/as, están dejando mucho dolor en las familias, están sembrando terror, esto debe parar. Como padres de familia, como sociedad debemos hacer algo, no debemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos unirnos para protegernos. Ni uno más”.
- “Día a día vivimos en la incertidumbre y preocupación. Ningún gobierno hace por la inseguridad”.
- “Es muy triste que nuestros hijos estén viviendo en este ambiente tan peligroso”.
- “Ya no me siento segura que salgan mis hijos solos, aún cuando van a la Universidad”.
- “Ahora somos nosotros los que estamos presos, sin poder andar libremente por la calle”.
- “En la situación que estamos no nos queda más que prevenir, estar sobre nuestros hijos para que entiendan que solo ellos se pueden cuidar porque ya lo hemos visto que las autoridades no tienen la capacidad de resolver el problema”.
- “Estamos en manos de un gobierno inepto que no cumple”.
- “¿Qué no se da cuenta López Obrador que la delincuencia lo está rebasando!!! Esta situación ya no se arregla dando abrazos no balazos, se necesita que la autoridad TENGA YA la mano firme que se necesita”.
- “YA BASTA!!! No es cuestión de partidos políticos, es exigir que hagan su trabajo por el cual les pagamos, es la vida de nuestros hijos e hijas, de toda nuestra familia. YA BASTA!!!
Hubo quienes pasaron a las propuestas e hicieron llamados a organizarse para exigir tanto a las autoridades de las escuelas como a las del gobierno de la CDMX que se apliquen medidas efectivas para proteger a sus hijos. Esperan que surja algo bueno de la reunión entre Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital, y los rectores de universidades e instituciones privadas.
En realidad, las madres y padres de familia viven angustiados. No importa si sus hijos van en escuelas privadas o públicas. Todos corren riesgos. Y no sólo cuando van a sus colegios, universidades o institutos educativos, sino cuando salen prácticamente a cualquier lado, ya sea a la tienda o a sus actividades sociales.
Y no es nueva esta angustia ni es privativa de la CDMX. Pero el caso de Norberto avivó el pánico, quizá por el cruel, injusto y lamentable desenlace.
Quienes gobiernan hoy tienen la obligación de poner fin a la inseguridad. Claudia Sheinbaum puede negar que haya una crisis en la materia, pero la percepción es que está rebasada por la delincuencia. Ojalá su nuevo equipo de seguridad dé resultados, porque como dijo una madre de familia en el chat: “No podemos seguir viviendo con miedo”.
