Bastó que Santiago Creel la cobijara a principios de la década pasada para que Gabriela Cuevas Barrón tuviera una carrera meteórica dentro del PAN, donde su padrino político le concedía absolutamente todo.
En 2003 llegó a la Asamblea Legislativa del DF, donde, más que un trabajo legislativo brillante, se distinguió por perseguir a “ya saben quién”, al que calificó como el peor gobierno que ha tenido la capital.
En 2006, a la señorita Cuevas Barrón se le antojó ser delegada en Miguel Hidalgo y Creel le cumplió el capricho; se anuló la elección interna para que ella pasara.
Tres años más tarde, el buen Santiago le volvió a conceder sus deseos de ser diputada federal. Una vez más, quienes hicieron trabajo de campo quedaron fuera, pues la niña quería despachar en San Lázaro.
Acostumbrada a que todo le daban, en 2012 se le ocurrió que ahora quería ser senadora, sólo que en la capital los lugares ya estaban ocupados. En especial le pesó que Mariana Gómez del Campo —sobrina política de Felipe Calderón– hubiera amarrado uno.
Hizo berrinche y, una vez más, su ángel azul operó para que la niña cumpliera su sueño de llegar a la Cámara alta. Creel movió tierra, mar y cielo; seguramente se preguntarán cómo le hizo si ya no había lugares en la CDMX.
Pues la inscribió como candidata plurinominal ¡por Baja California! y ni los pataleos del gobernador ni de los panistas de aquellos lares pudieron evitar que Gaby tuviera juguete nuevo.
Los bajacalifornianos se acordaron de ella hace dos años, cuando un huracán los devastó y “su” senadora no se acordó de enviarles al menos una botella con agua.
En el Senado, los apoyos siguieron para ella, faltaba más. Incluso el PAN logró que el canciller Luis Videgaray moviera a la diplomacia para que fuera presidenta de la Unión Interparlamentaria, que agrupa a legisladores de todo el mundo.
Con ese cargo en la cartera, la niña Gaby volvió a exigir, hace un par de semanas, a su partido una plurinominal para regresar a San Lázaro; le ofrecieron el Distrito 10 para que lo peleara y se indignó.
Luego de tanto chillar, por enésima ocasión le ofrecieron la plurinominal número cinco —se calcula que al menos entran ocho—, pero la senadora exigió ser de las tres primeras o se iría.
Bueno, pues ayer se presentó, sin ningún pudor, como nueva integrante a la plenaria de los senadores del PT que apoyan a Morena.
Habrá que ver si ahora hace suya la idea de los morenos de echar abajo las reformas educativa, energética y la construcción del nuevo aeropuerto. Porque cuando era panista no sólo las apoyó, sino que las defendió a capa y espada.
Igual y sí, pues los morenos le cumplirán el caprichito que Creel ya no quiso… o no pudo.
CENTAVITOS… Cuando aún festejaba haber arrasado la mesa directiva del Consejo Ciudadano en Miguel Hidalgo, al hoy diputado moreno Víctor Hugo Romo le llegó un quita-risas de la Procuraduría de Justicia del DF, que lo mandó a llamar sobre el señalamiento de uso indebido de atribuciones. ¿Sería una simple coincidencia o un mensaje de su expartido…?
Nada bien cayó entre los priistas de la capital que su partido recogiera la basura del PRD, sobre todo a personajes que en el pasado hicieron todo para casi desaparecer al PRI. En respuesta, las bases ya propusieron a los exdiputados Raúl Nava —él sí formado en el PRI— y Axel Vázquez, suplente en 2009 de Mónica Arriola, fallecida hija de Elba Esther Gordillo, para que el partido los considere en las listas.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/01/31/1217151
